La memoria política de la sociedad española es más bien corta. Si en menos de tres años han olvidado las indecencias de Sánchez (indultos a secesionistas, negociación con delincuentes para ponerlos en libertad a cambio de su apoyo, liberación y rebajas de penas a violadores y pederastas, y un largo etcétera de despropósitos y mentiras), qué se puede esperar de aquellas indecencias que sucedieron hace cuarenta años. Por ello me meteré un poco en el asunto (solo un poco, muy poco, porque si tirásemos de la manta en serio habría para un libro -y no estoy exagerando lo más mínimo-).
Cuando Felipe González llegó a la Presidencia del Gobierno de Reino de España (es necesaria la pompa para entender la gravedad de los hechos), allá por 1982, lo primero que hizo fue expropiar el que probablemente era el mayor holding de empresas en España, RUMASA. Para empezar vemos como González defendía la propiedad privada.
El respeto que Felipe González le tenía a la independencia judicial y a la separación de poderes lo pudimos ver cuando el caso tuvo que ser decidido en el Tribunal Constitucional; las presiones a sus miembros fueron enormes y al final la cosa se declaró constitucional por un empate a seis, deshaciendo el empate el voto de calidad del presidente del TC.
¿Y qué pasó con las empresas de RUMASA? Pues el holding se troceó, las empresas se sanearon económicamente (con cargo, evidentemente, a los bolsillos de todos los españoles) y posteriormente se vendieron a precio de saldo a amigotes socialistas. Amigotes que a su vez las revendieron en el mercado por varias veces lo que habían pagado. Ya saben, honestidad ante todo.
Hay que recordar, aunque sea un detalle de no mucha importancia comparado con las demás tropelías, como Alfonso Guerra (otro que ahora va de puro por la vida, dando lecciones), vicepresidente del Gobierno de González, se subía a la tribuna del Congreso de los Diputados a decir que la información era poder, y que él sabía determinadas cosas de algunos diputados que no les convenía que salieran a la luz. Limpieza parlamentaria.
Pero lo anterior no es nada con los dos principales escándalos por los que se conoce a esa época que se dio en llamar el felipismo.
El primero fue la creación de un entramado de sociedades (recuerdo tres -FILESA, MALESA y Time Sport-, pero había más, pero no tengo ganas de buscar) con el único fin de financiar ilegalmente el PSOE a través de comisiones ocultas por concesiones de contratos públicos de distinto tipo. Pero es que además había muchos pequeños líderes socialistas que, a la sombra de la corrupción generalizada, tenían su propio negocio de concesiones. Uno de ellos, posiblemente el más conocido de todos, fue el mismo hermano de Alfonso Guerra (no recuerdo su nombre), que en un despacho oficial recibía a los que querían ser favorecidos por él, a cambio, por supuesto, de la correspondiente comisión ilegal. Y como él los hubo a centenares (probablemente miles).
El segundo fue el asunto del terrorismo de Estado. Cuando Felipe González llegó al poder una de las decisiones que tomó el Gobierno socialista (luego entraremos en nombres) fue la de crear una banda terrorista para atacar con atentados a los terroristas de ETA. Se le dio el nombre de GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación). Mayormente actuaron en Francia, aunque también en España, cometiendo principalmente asesinatos selectivos, aunque también hubo secuestros que acabaron en asesinatos tras salvajes torturas. Como eran bastante chapuceros en Francia cometieron bastantes errores, asesinando, por confusión, a personas inocentes que nada tenían que ver con ETA. Cuando el caso llegó a la Justicia se condenó como culpables al ministro del Interior y al segundo de él (no recuerdo el cargo ni el nombre). Felipe González dijo que no sabía nada del asunto. Como yo dije por aquella época, si lo sabía, fue un asesino, y si no lo sabía fue un incompetente por no investigar lo que estaba pasando cuando empezaron los atentados. Pero por supuesto que lo sabía, es evidente.
Por cierto, que mientras esa corrupción generalizada y ese terrorismo de Estado salían a la luz, el Gobierno, con su Presidente Felipe González a la cabeza, salían en tromba a decir que todo eran invenciones de la prensa. Y eso lo hicieron hasta el final, hasta que los tribunales les condenaron. ¿Les suena eso de echar las culpas a la prensa? Pues no, no es una invención de Pedro Sánchez.
Y no podemos olvidar las cesiones al independentismo, que ya por aquel entonces mostraba sus intenciones, aunque fueran a largo plazo. Ciertamente no sucedieron mientras el PSOE tuvo mayorías absolutas, pero en cuando las perdió se apoyó en el partido catalán CiU y en el vasco PNV. Básicamente les dejo que convirtieran ambas comunidades autónomas en sus cortijos particulares a cambio de que le apoyaran en el Congreso. Con el agravante de que el Presidente de Cataluña era un corrupto de tomo y lomo, que creó un sistema para enriquecimiento personal y familiar. Pero bueno, entre corruptos quedaba la cosa. Y a nivel de concesiones políticas, cedió todo lo que pudo para seguir en el poder. ¿Les suena? Pues de aquellos polvos, estos lodos. Con otro agravante, que el PNV de entonces mantenía una asquerosa equidistancia entre ETA y las víctimas. Sí, condenaba a ETA, pero a la vez entendía sus motivos. Siempre prestos a defender en lo que fuera a los presos etarras. Con esta gente pactó Felipe González todo lo necesario para seguir en el poder.
Expropiaciones, presiones al TC para salirse con la suya, entrega de lo expropiado a amigotes, amenazas de revelación de información, corrupción económica generalizada, terrorismo de Estado, cesiones a partidos nacionalistas en contra del interés general de España. Y lo anterior, aunque les parezca mentira, es solamente un breve resumen, muy breve.
Lo anterior sucedió con Felipe González como Presidente de Gobierno. Llegó un momento, cuando toda esa porquería empezó a aflorar, que los mismos cimientos del Estado empezaron a temblar. Cada día era un escándalo que afectaba a diferentes instituciones. Los periódicos no daban abasto con las noticias de la basura socialista. Todo el sistema amenaza con venirse abajo, sin que se tuvuiera idea de que es que vendría después. ¿Les suena también? Pues les puedo asegurar que aquellos terremotos institucionales no fueron para nada menores de los que se sienten en la actualidad. Y no olviden, el sistema democrático amenazaba con hundirse bajo la Presidente de Felipe González.
Hoy han convertido a Felipe González en una especie de vaca sagrada que parece que todo lo que hizo fue perfecto. Hasta el mismo Feijóo se ha unido al sentir general. El único que se atrevió a hablar contra Felipe González en sede parlamentaria fue Pablo Iglesias, cuando dijo que tenía las manos manchadas de cal viva (en referencia a los secuestrados, torturados, asesinados y cuyos cadáveres fueron enterrados en cal viva, para que desaparecieran; pero lo hicieron tan chapuceramente que años después fueron descubiertos).
Analicen brevemente. ¿Ha hecho Pedro Sánchez algo semejante? No ha expropiado, no ha creado una banda de asesinos, no ha fundado un entramado para financiar al PSOE ilegalmente, ningún ministro suyo ha amenazado desde la tribuna del Congreso con revelar secretos de diputados.
Pedro Sánchez es un cáncer para España, sin duda. Pero también sin la menor duda Pedro Sánchez al lado de Felipe González es un político limpio. Muy limpio.
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