El DRAE define proporcionalidad como conformidad o proporción de unas partes con el
todo o de cosas relacionadas entre sí.
A su vez conformidad como igualdad, correspondencia de una cosa con otra. Y finalmente corresponder como pagar con igualdad, relativa o proporcionalmente, afectos, beneficios o agasajos.
Por lo tanto, haciendo las sustituciones correspondientes, llegamos a la conclusión de que podríamos definir proporcionalidad como igualdad, pagar con igualdad, relativa o proporcionalmente, afectos, beneficios o agasajos de una cosa con otra o proporción de unas partes con el todo o de cosas relacionadas entre sí. Podemos resumirlo, por lo tanto, en una palabra: reciprocidad.
Eso es lo que se le pide continuamente a Israel en relación con sus enemigos palestinos cada vez que estos últimos le atacan. Proporcionalidad. Para ello se recuerda de forma recurrente la foto de un palestino preparándose para lanzar una piedra con una honda. El problema es que esa foto se ha quedado totalmente anticuada cuando vemos que los palestinos de Hamás lanzan modernos cohetes contra la población civil israelí y el pasado 7 de octubre entraron en Israel torturando, violando, secuestrando y asesinando civiles indefensos de cualquier edad, desde bebés hasta ancianos. Se ha dicho hasta la saciedad que Israel jamás ha actuado ni actuará así, sino que en la presente guerra está haciendo más esfuerzo que cualquier otro país por minimizar el número de víctimas civiles, avisando a la población de sus objetivos militares y dándole a esa población la oportunidad de marcharse de la zona en conflicto.
Pero es que en su vida cotidiana con los árabes-israelíes el estado de Israel mantiene unas diferencia abismales del trato que se les da a los judíos en los territorios palestinos. En Israel, sobre una población de unos nueve millones de habitantes, hay más de millón y medio que son árabes, cuya religión es mayoritariamente la musulmana; ellos forman parte de la vida de Israel, tiene nacionalidad y pasaporte israelíes y tienen representantes en el Parlamento de Israel. Mientras tanto en Cisjordania y Gaza no hay un solo judío (si exceptuamos a los secuestrados por Gaza) y cuando alguno ha cruzado por error ha sido secuestrado o asesinado (famoso es el hecho de que cuando dos soldados israelíes entraron por error en el año 2000 en la ciudad de Ramala -ojo, de Cisjordania- fueron llevados a dependencias policiales, donde fueron linchados hasta la muerte, sus cadáveres mutilados entregados a una multitud enfervorizada que jaleaba afuera, quienes extrajeron sus órganos con las manos como trofeos); en cambio, los terroristas palestinos que Israel arresta son juzgados justamente (sin pena de muerte) y cumplen condena en condiciones humanitarias en cárceles israelíes.
Sin la menor duda Israel no practica la proporcionalidad con los palestinos. No los trata como ellos tratan a los israelíes. Los israelíes no son como los palestinos.
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