CRÓNICA

DJ Godzi

Muerte joven en Ibiza, la isla del "desfase total": un 'dj' hijo del médico de Maradona y tres turistas, los últimos fallecidos

La trágica muerte de un famoso 'dj' italiano cuando la Guardia Civil lo redujo porque sufría alucinaciones y amenazaba a un vecino con un cuchillo ha puesto de nuevo el foco sobre el modelo de turismo de una isla donde, según un experto, se incentiva el consumo excesivo de alcohol, al que luego se asocia la ingesta de drogas

Giussepe Noschese, médico italiano, muestra la foto de su hijo muerto, Michele, este pasado jueves, cuando el doctor recibe a 'Crónica' en el despacho de su abogada, en Ibiza.
Giussepe Noschese, médico italiano, muestra la foto de su hijo muerto, Michele, este pasado jueves, cuando el doctor recibe a 'Crónica' en el despacho de su abogada, en Ibiza.
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En la casa de los Noschese en Nápoles hay colgados dos cuadros de familia casi idénticos. En ellos todo es entusiasmo y sonrisas. Sin embargo, desde hace una semana, un llanto de duelo envuelve cada esquina de todas las estancias de la vivienda.

«He de volver pronto a mi ciudad», cuenta Giussepe Noschese. «Espero encontrar a mi mujer con vida, aunque no sé que pasará, si te soy sincero. No creas que son palabras vacías. Mi hijo pequeño me ha llamado. Me ha dicho que su mamá está muy mal. "Si muere, muero yo con ella, papá", me dice».

Giussepe muestra dos imágenes en la pantalla de su teléfono móvil. Son esas fotos enmarcadas que cuelgan en las paredes de su casa. En una de ellas aparecen de jóvenes él y su mujer, Daniela, junto a sus dos hijos. El menor tiene apenas unos meses de vida. Su hermano, cinco años. La otra foto que enseña son ellos mismos, la misma familia, la misma posición de cada miembro, el mismo encuadre, pero transcurrido justo un cuarto de siglo. A Guissepe y a Daniela se le notan los años en las arrugas, en la mirada, en el pelo. Pero sonríen. Mientras, sus dos hijos ya se han convertido en adultos.

Ambas instantáneas fueron tomadas por el mismo fotógrafo. Gobiernan el salón de la casa napolitana de los Noschese. Cuando Giussepe vuelva a su hogar a consolar y a abrazar a su mujer, las tendrá que ver de nuevo.

El artista musical italiano fallecido en Ibiza el pasado 19 de julio.
El artista musical italiano fallecido en Ibiza el pasado 19 de julio.CEDIDA

«¡Qué dolor tan grande!», dice Giussepe, un médico italiano que estos días se encuentra en Ibiza para saber de qué murió con exactitud su hijo mayor, Michele. Era un reconocido dj y antaño una promesa del fútbol de su país. Se había afincado en la isla hacía cinco años, aunque tenía vínculo con ella desde hace 12.

Perdió la vida en su propia casa, cuando la mañana del pasado sábado 19 de julio, la Guardia Civil, alertada por los vecinos, acudió a ver qué estaba ocurriendo. En las llamadas se había contado que un joven se encontraba muy excitado y con actitud violenta. En la casa hallaron drogas como cocaína, ketamina y 2CB.

«Michele ya era un hombre ibicenco. Aquí vino a cumplir su sueño. La isla era su vida. Pero ahora también ha sido su muerte». Las palabras de Giussepe silencian la sala donde este padre se reúne con el reportero de Crónica. El encuentro se produjo este pasado jueves, cinco días después de perder a su primogénito.

«NADIE VA A MANCHAR SU NOMBRE»

El doctor atiende a este suplemento en el despacho de su abogada, Rossana Alvaro, ubicado en el centro de Ibiza. Este hombre roto llegó la misma noche del óbito de su vástago. Cuando le llamaron para comunicárselo, se encontraba en Suiza por motivos de trabajo. Después de tomar varios trenes para volver a su país y un avión desde Roma, aterrizó en la isla a última hora de la noche de ese sábado.

Son 40 minutos de entrevista. Sólo cuando habla de su mujer y de su otro hijo rompe a llorar en un lamento que se apaga de súbito cuando vuelve a mostrar imágenes de Michele. Su rostro sonriente, o concentrado mientras pinchaba música electrónica, parecen darle consuelo a esta padre hundido por el dolor.

«Mi hijo no era un drogadicto. Nadie va a manchar su nombre. Yo no digo que el día de su muerte no hiciera el tonto con alguna droga, pero mi hijo no era un drogadicto», insiste el doctor, una eminencia internacional en traumatología. Durante el paso de Diego Armando Maradona por Nápoles (desde 1984 a 1992), Giussepe fue su médico cuando al astro argentino le tocaba pasar por reconocimientos médicos en pretemporada o cuando sufría alguna lesión. Algunos jueves, Giussepe, Maradona y otros técnicos y personal sanitario del Nápoles jugaban una pachanga. En Youtube todavía se puede ver algún vídeo que recuerda aquellos partidillos.

Entrada el hotel Ibiza Rocks, donde tres de sus huéspedes han muertos desde finales de abril.
Entrada el hotel Ibiza Rocks, donde tres de sus huéspedes han muertos desde finales de abril.GERMÁN LAMA

«Mi mayor pena es que yo he salvado a muchos chicos en mi vida, pero no he podido hacer nada por la de mi hijo», asegura el padre del dj fallecido.

Giussepe Noschese aún recuerda cuando Michele le dijo que ya no quería seguir con su prometedora carrera como futbolista. Michele rondaba los 18 años. Militaba en el equipo primavera (filial) del Nápoles.

—Está bien, le dijo su padre—. Olvida el fútbol si ya no tienes motivación. Pero ahora estudia. Si no hay balón, es momento de los libros.

Michele le respondió:

—Vale, papá. Pero cuando termine los estudios, soy libre.

Michele estudió la licenciatura de Economía y Comercio en una universidad de Roma. Pero fue terminar y dedicarse a su sueño. «Quería ser dj. Era su pasión. Y esa pasión lo convirtió en una estrella allá por donde sonaba su música: Londres, Nueva York, Ibiza...», cuenta su padre.

Michele había adoptado como nombre artístico el mote con el que le apodaron sus amigos. Decían que caminaba y se movían como Godzilla, el monstruo ficticio del cine. Desde que empezó a pinchar música electrónica, Michele Noschese era DJ Godzi.

La mañana que la Guardia Civil acudió a su casa, Michele había consumido drogas de manera continuada, como reveló la autopsia, que como causa última de su muerte señala una necrosis pulmonar. El Instituto Armado explicó en un comunicado remitido a los medios de comunicación que en la mañana del sábado 19 de julio varios agentes del cuerpo acudieron a una urbanización de Santa Eulalia, un municipio de la costa este de Ibiza. Habían recibido múltiples llamadas de vecinos que alertaban de «graves altercados y enfrentamientos» entre personas que se encontraban en uno de los domicilios. En concreto, en la casa propiedad del dj.

El relato de la Guardia Civil señala que Michele Noschese habría agredido a su novia y que también se había peleado con otros dos amigos de un grupo mayor que estaban de fiesta con él en su domicilio. El chico, supuestamente, mostraba una actitud muy violenta y sufría alucinaciones.

Cuando los agentes llegaron a su casa, Noschese había saltado a través del balcón a la vivienda de su vecino, un anciano. Le amenazaba con un cuchillo mientras le sujetaba por el cuello. DJ Godzi, siempre según el relato de la Guardia Civil, se resistió de manera violenta, por lo que tuvo que ser inmovilizado con ayuda de varios vigilantes de seguridad de la urbanización. De repente, comenzó a asfixiarse y dejó de respirar. La Guardia Civil pidió ayuda a los servicios sanitarios. El dispositivo médico desplazado trató de salvarle la vida. No tuvo éxito.

Gary Kelly, de 19 años, escocés, murió en el Ibiza Rocks.
Gary Kelly, de 19 años, escocés, murió en el Ibiza Rocks.CEDIDA

Pero la familia consideró que los guardias civiles actuaron con exceso de contundencia. Sobre todo, a raíz de escuchar a un amigo de Michele que estaba en la casa del dj cuando murió. Fue testigo de cómo lo reducían a la fuerza. Este jueves, testificó en la comandancia. Antes le había dicho al Corriere della Sera:

«Estaba tumbado en la cama, jadeando, hasta que exhaló su último aliento. La Guardia Civil no se dio cuenta de que yo estaba allí, me había escondido en una esquina. Cuando me vieron, gritaron: "¿Qué haces ahí? ¡Fuera!" Mientras tanto, la ambulancia había llegado. Los médicos y las enfermeras permanecieron a su alrededor durante un cuarto de hora. Testificaré en un posible juicio, en una sala de audiencias. Perdí a un hermano (...) Lo vi irse. Lo vi jadeando, ouff, ouff...»

En base, principalmente, a este testimonio, la familia estudia denunciar a los agentes que actuaron aquel día. Por el momento no lo ha hecho. Mientras tanto, un juez sí permitió que se le practicara al cadáver una serie de pruebas (un tac y una resonancia) complementarias al dictamen forense. EL MUNDO ha tenido acceso al resultados de ese nuevo examen. No hay evidencia alguna de que Michele Noschese sufriera un golpe violento vinculado con la actuación policial. El cadáver presentaba fracturas en las dos clavículas y en siete costillas, pero podrían ser compatibles con las labores de la propia autopsia«Dentro de lo normal», sentencia el documento.

el hotel de los precipitados

El nombre de este artista musical se ha sumado a una lista negra de muertes que Ibiza registra desde la primavera. A Michele le precedieron Gary Kelly, Evan Thompson o una joven de origen turco que estudiaba en Italia. Ninguno, salvo Michele, superaba los 30 años. Los tres murieron en el mismo hotel, el Ibiza Rocks de San Antonio, un establecimiento cuyo principal atractivo son las fiestas que organiza en su piscina. Los tres cayeron desde los balcones de sus habitaciones.

Gary Kelly tenía 19 años. Se precipitó por accidente desde su habitación, en una tercera planta, a la terraza del Ibiza Rocks. Ocurrió el pasado lunes, sólo dos días después de la muerte de DJ Godzi. Era escocés. Tenía por delante una prometedora carrera como jugador de los Dundee Stars, de hockey hielo. «Todos en el club estamos desconsolados por esta trágica noticia», dice su equipo. «Lo echaremos mucho de menos. Gary era una persona enormemente talentosa y carismática, con un gran futuro por delante».

Tres semanas antes, el 7 de julio, otro turista escocés, de 26 años, Evan Thompson, murió al caer en ese mismo hotel, también por accidente, según publicó el periódico británico Daily Record y confirma la Guardia Civil. Este joven también se precipitó desde el tercer piso. Tres meses antes, el pasado 27 de abril, una chica de 19 años, de origen turco, cayó al suelo cuando pasaba de un balcón a otro por el exterior de la fachada del hotel.

El escocés Evan Thompson, de 26 años, también falleció tras caer de su habitación de hotel.
El escocés Evan Thompson, de 26 años, también falleció tras caer de su habitación de hotel.CEDIDA

Crónica ha enviado un correo electrónico al gabinete de comunicación del citado hotel pidiendo hablar con algún portavoz del negocio. Se remitieron a un comunicado expuesto en sus redes sociales, donde anunciaban que paralizaban durante un tiempo inconcreto sus fiestas «por respeto» a los fallecidos.

«CRÍOS CONVULSIONANDO, PAROS CARDÍACOS... DESFASE TOTAL»

María, enfermera, asegura que lo que ha visto trabajando en las discotecas de Ibiza no ocurre en otro lugar en el que ella haya estado. Durante media década, esta joven treintañera que pide no desvelar su verdadero nombre, trabajó en los servicios médicos de varias de las grandes salas musicales de la isla. Discotecas como Hi Ibiza o establecimientos hoteleros como Hard Rock contratan cada año a su propio equipo médico para atender cualquier incidencia dentro de sus instalaciones. Saben que la droga y el alcohol son una bomba de relojería.

«El desfase es total. Las fiestas en las discotecas y en los hoteles que organizan saraos en sus piscinas siempre acaban muy mal. Yo no he visto eso ni en unas urgencias de un hospital. Críos convulsionando, paros cardíacos, comas etílicos, chicos con contusiones en la cabeza porque se han desplomado de repente y se han chocado contra el suelo o contra una barra, ojos rajados por una pelea... Hay días donde no se da abasto. Allí se les trata de estabilizar y se llama a una ambulancia para que se les traslade a un hospital. Una vez fuera de sus cuatro paredes, las discotecas se desentienden. Si no tuvieran servicios médicos para salvar a la persona hasta que se la llevan, se contabilizarían más muertes dentro que en alguna guerra», cuenta María, que es valenciana. Ella ya dejó ese trabajo. Ahora tiene plaza en Can Misses, el único hospital público de Ibiza.

Joan Lluís Ferrer es un periodista ibicenco. Ha publicado recientemente Ibiza masificada (Balàfia Postals), una especie de continuación de Ibiza: la destrucción del paraíso, que salió a la venta en 2015. Es una voz autorizada para analizar la realidad que vive esta tierra rodeada de mar a la que en 2024 llegaron 3,27 millones de turistas.

«Estos tres casos que comentas no son algo nuevo ni excepcional. Es algo que ocurre todos los veranos, y en un número aún mayor, pero el verano aún no ha terminado. La culpa es del modelo de turismo de borrachera, que data de los años 80, consistente en agrupar a varias decenas de jóvenes para llevarlos a locales concretos especializados en borrachera. De este modo, al llegar a la habitación y salir a tomar el aire, sencillamente caen porque están borrachos. La responsabilidad es de los locales que incentivan el consumo masivo de alcohol», sostiene Ferrer. «Pero, aunque parezca increíble a la luz de estas muertes que comentas, el turismo de borrachera no va a más en la isla, incluso está estabilizado. Lo grave es que el turismo de superlujo, predominante ahora, está expropiando los lugares de uso público de los residentes».

Los nombres del italiano Michele Noschese o del escocés Gary Kelly perdurarán en el tiempo asociados a la isla que nunca duerme. Sus padres jamás olvidarán que sus hijos fueron a perder la vida a una tierra donde el ocio se mezcla con la tragedia en demasiadas ocasiones.

El padre del dj fallecido pretendía incinerar a Michele, volver con sus restos a Italia y celebrar una discreta misa junto a su mujer, su otro hijo y el resto de su familia y allegados. Sin embargo, no descarta practicarle una segunda autopsia en su país. «Ha muerto una estrella, no un drogadicto. Me quedo con eso», dice Giussepe. «¡Le quería tanta gente...!

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