miércoles, 5 de agosto de 2020

Continúa cayendo el emérito

La caída de Juan Carlos de Borbón ha sido (y probablemente seguirá siendo) una caída a cámara lenta, por tiempos, a plazos. Empezó con el accidente en aquel viaje secreto a Botswana, siguió con el lo siento mucho, me he equivocado; no volverá a ocurrir (un monarca que se precie no puede pedir disculpas, o, en los tiempos que corren, tener cuidado para no hacer cosas que le obliguen a pedirlas), continuó con su abdiación, prosiguió con la retirada de su asignación económica por parte de su hijo y el último (por ahora) episodio ha sido su salida casi obligada de España.

Ni soy monárquico, ni fui juancarlista, ni soy felipista. Soy defensor de una república presidencialista, al estilo francés. Por eso creo que lo que ha hecho Juan Carlos de Borbón, legítimamente como ciudadano, ha sido un paso en la misma dirección de cualquier otro monarca: salvar la Monarquía de su país. Es todo. Hay que hacer lo que sea, todo lo que sea, con tal de que la institución monárquica siga al frente del país. Y más en el caso español, donde la Monarquía se tambalea en la opinión pública.

Algo tiene que cambiar para que todo siga igual. Si alguien tiene que caer para que alguien siga en el trono, ese alguien caerá. Es todo.

El emérito cayó en el pasado, ha caído en el presente y probablemente continuará cayendo en el futuro. Sin prisa, pero sin pausa. Lo que está por ver es si esa caída conseguirá salvar la Monarquía española.

2 comentarios:

  1. La labor de todo rey es salvar la monarquía, por encima de sí mismo. Salvar a la institución por encima de quien la representa en ese momento. Actitud que me cuesta encontrar en políticos elegidos por la sabiduría del pueblo.
    Por otro lado, en noticia de la sexta nada menos, encontré que la monarquía cuesta a los españoles 7'9 millones de euros, la británica 43, mientras que la república francesa cuesta 103 y la italiana 228. No tenemos el mismo PIB, pero aun así convendremos en que es una diferencia abismal.
    Ya dije que no soy especialmente monárquico, pero en España la alternativa es una república de extrema izquierda. No se concibe una república en la que la derecha pueda gobernar. Quieren "su" república. Esa es la realidad y lo que se está buscando.
    En cuanto a la encuesta no me la creo ni un poquito. Te lo repito: Felipe VI paró el golpe de estado en Cataluña con su discurso. Esa fuerza moral de saberse arropados sacó a la calle a dos millones de personas con banderas españolas para defenderse de la dictadura que se les venía encima, única razón por la que no se impuso la republiqueta por la fuerza. Los políticos estaban silbando y los jueces actuaron dos años después. Por eso los nacionalistas odian tanto la monarquía, porque saben que es el único dique de contención contra su independencia y posterior instauración de minirepúblicas racistas y la tercera república frentepopulista española, y por eso debemos apoyar la monarquía. Simplemente por autodefensa. Entiendo que los liberales masónicos del siglo XIX quisieran tumbarla, pero los del XXI, si quieren conservar sus sacrosantos derechos individuales, deberían defenderla. Un saludo.

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    Respuestas
    1. Su labor es la salvar la Monarquía porque de ese modo salvan los privilegios para sus descendientes. Es todo.

      Para mí el tema monárquico no es una cuestión de ahorro, sino de democracia. No es de recibo que una persona sea Jefe de Estado por la familia en la que ha nacido.

      Lo que otros defiendan es cosa de ellos. Yo defiendo una república liberal, presidencialista, con separación real de poderes, en la que el Presidente es elegido directamente por los ciudadanos a doble vuelta.

      Lo siento, pero no me creo que Felipe VI paró el golpe en Cataluña. Se paró en virtud de la apliación del 155 y de la actuación del Tribunal Supremo. Porque en realidad eran más bien fuegos de artificio. Y porque para una independencia al final de cuentas lo que importa son las fuerzas de cada bando.

      Otro saludo para ti y gracias por tu participación.

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