Pues nada, que Ayusó arrasó (o casi), Iglesias
se la pegó y se fue, Cs desapareció del mapa madrileño, el PSOE toca fondo en Madrid, Mónica García de Más Madrid se convirtió en la revelación y Vox salvó los muebles. El camino para el Gobierno en solitario de Ayuso queda despejado (haberse visto obligada a uno de coalición con Vox no hubiera sido fácil) y tampoco parece que vaya a haber grandes terremotos en los próximos dos años, habida cuenta de que los Presupuestos ya los tiene encarrilados.
Efectos a nivel nacional ya los está habiendo, como es la salida definitiva de Iglesias. Evidentemente estos resultados no benefician a Pedro Sánchez, pero habrá que ver hasta que punto le debilitan. Y lo mismo cabe decir, a la inversa, de Pablo Casado; indudablemente no le perjudican, pero también habrá que ver hasta que punto le fortalecen. Sobre Cs, muchos dicen que es la señal definitiva de que su final está cercano; ojolá no. Igual que muchos dicen que los resultados de Podemos y la espantá de Iglesias son la señal de que el partido de extrema izquierda se aproxima a su final; ojalá sí. Y en cuanto a Vox, veremos si los resultados de Madrid le dejan tal cual a nivel nacional o suponen un revulsivo para que muchos de sus votantes opten por el voto útil al PP y demuestren que el partido de extrema derecha ha tocado techo y comienza su cuesta abajo, más o menos pronunciada. O si, a la inversa, los resultados de Más Madrid pueden suponer un crecimiento nacional de la opción de Iñigo Errejón, Más País. La única forma de empezar a vislumbrar algo de lo anterior es permanecer atentos a las encuestas a nivel nacional.
La vida sigue.
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