España se conforma con ser una percepción de la realidad y no una realidad contrastable. La frase es del prófugo
de Waterloo, pero como
la verdad lo es con independencia de que la diga Agamenón o su porquero, hay que darle toda la razón al porquero Puigdemont.
La frase da para mucho, y podríamos aplicarla a la historia, a los valores, a la educación, etc. Pero me limitaré a decir que en las pasadas elecciones los españoles votaron por una percepción de la realidad en lugar de votar por una realidad contrastable. La percepción de la realidad era el miedo a Vox, mientras que la realidad contrastable eran las mentiras y los desastres de Pedro Sánchez.
Y en eso estamos. Las consecuencias vienen en camino. Al tiempo.
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