Puerta del Sol un sábado
a las ocho de la tarde, repleta de gente; Luis Rubiales tiene unas diferencias con una dulce viejecita y la mata a tiros; el lunes siguiente se convoca una Asamblea Extraordinaria de la Real Federación Española de Fútbol y la inmensa mayoría muestra su apoyo al señor Rubiales, diciendo que la culpa fue de la viejecita.
Luis Rubiales, haga lo que haga, tendrá el apoyo de la Asamblea de la RFEF porque los tiene comprados a casi todos, como se demostró ayer (hubo algunas honrosas excepciones, todo hay que decirlo).
El fútbol español está de corrupción hasta el cuello. Lo estaba ya en la época de Villar y lo sigue estando en la época de Rubiales. Haría falta tirar abajo toda la estructura y comenzarla desde cero. Algo para lo que no hay voluntad política. Porque si no hubiera sido por el error del beso forzado a Jennifer Hermoso, Luis Rubiales seguiría por decenios, a pesar de toda la basura que ya conocemos de su pasado reciente en esta posición (y aun así contaba con el apoyo de todo el Gobierno). Y con todo eso la mayoría de las federaciones territoriales le apoyan; porque son tan corruptos como él.
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