En España, donde la
gente es joven hasta los cuarenta años, un chico de 16 años, que ya sabe perfectamente la diferencia entre el bien y el mal, es considerado un niño, sobre todo cuando comete un delito, del cual sale prácticamente sin consecuencias si es menor de 18 años.
Pues resulta que ayer en Jerusalén Este, una policía israelí de 20 años ha perdido la vida tras haber sido apuñalada por un palestino de 16 años, que también ha muerto al ser repelido su ataque. Se llamaba Elisheva Rose Ida Lubin (en la foto).
Muchas veces escuchamos o leemos algo así como que soldados israelíes han asesinado a niño de 14 años (por poner un ejemplo). Lo que no nos cuentan es que a esa edad (e incluso antes) muchos están ya ciegos de odio y no dudan en atacar a las fuerzas israelíes (militares, policías, lo que sea) con la clara intención de matar. En este caso lo ha conseguido, y por eso no mencionan que fue asesinado. Pero cuando no lo consiguen, por el éxito de la acción preventiva del israelí en cuestión, es cuando los medios de comunicación, sin ofrecer más detalles, hablan de niño asesinado. Un niño (es un decir) que no fue asesinado, sino que era un asesino en potencia en plena actuación, que es muy diferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.