Nunca me parecieron un valor seguro, como he escrito por aquí varias veces (perdón, pero no tengo ganas de buscar los escritos). Lo que leía de muchos defensores a ultranza de estas monedas virtuales me sonaba más a ideología que a sentido común. Y la
realidad se ha impuesto. Las monedas débiles han perdido alrededor del 90% de su valor (o sea, se han hundido) y las fuertes se han dejado un 60% (¿alguien supone lo que pasaría si eso les llegara a suceder al dólar o al euro -que son sus equivalentes en el mercado real-?).
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