Hace algo más de una semana entré en internet para hacer una cita para vacunarme en la farmacia CVS al lado de mi apartamento con la vacuna Pfizer. No tenían ni citas ni vacunas disponibles y si quería vacunarme en CVS podía sacar la cita para una farmacia a unos quince minutos de distancia. No lo hice y decidí vacunarme en el supermercado Walmart que tengo al lado de donde vivo con la vacuna Moderna. Miré la disponibilidad y todo lo tenían lleno por más de dos semanas. Lo dejé para más adelante.
El pasado sábado pasé por la farmacia de este Walmart para comprar un medicamento y para mi enorme sorpresa una trabajadora allí me ofreció ponerme la vacuna en el momento. "¿Pero no hay que sacar cita?", le pregunté. "Normalmente sí, pero tenemos dos de personas que no han aparecido y no queremos desecharlas", fue su respuesta. "Me han dicho que es gratis" le apunté. "Bueno, para usted sí. Si tiene seguro médico, se lo cargamos al seguro. Si no tiene, firma un papel y se lo cargamos al gobierno", fue la contestación.
Acepté, me pidieron una identificación con foto, metieron mis datos en el ordenador, firme los papeles de marras (todo tardó unos diez minutos) y me pusieron la vacuna Moderna hacia las seis y media del sábado 17 de abril. Me dijo que podría tener algo de fiebre, pero no ha sido el caso. Sí he sentido un poco más de sueño y cansancio de lo normal y algo de dolor en el músculo del brazo donde me pusieron la inyección. Y ahora a esperar para la segunda dosis, el domingo 16 de mayo, que era el primer día que tenían cita.
De verdad, es increíble poder vacunarse contra el coronavirus y además elegir la vacuna que uno quiere ponerse.
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