Para empezar aquí tenéis el comunicado oficial y aquí la traducción oficiosa al español. Y, ya puestos, aquí mi opinión sobre cuando la EMA tomó casi la misma decisión.
Cuatro puntualizaciones muy importantes sobre el comunicado de las agencias federales estadounidenses.
La primera, el número de personas que nos habían comunicado anteriormente que habían padecido una trombosis era de 6 personas entre los 6.8 millones vacunadas (o sea, 1 en 1.133.333), mientras que ahora las mentadas agencias nos dicen que ha habido no 6, sino 15 los casos entre las 6.8 millones personas vacunadas con la vacuna Janssen (vamos, 1 en 453,333). Eso, quiérase o no se quiera, multiplica el riesgo conocido por 2.5, o sea, más del doble. En cualquier caso, se agradece la transparencia.
La segunda, que la afirmación de por encima de todo, la salud y la seguridad están a la vanguardia de nuestras decisiones en mi opinión claramente contradice a la siguiente, en el mismo párrafo, de sigo alentado por el creciente cuerpo de evidencia del mundo real de que las vacunas COVID-19 autorizadas son seguras y efectivas, y protegen a las personas de enfermedades, hospitalizaciones y muerte. No puede ser blanco y negro a la vez.
La tercera, que la obligación de que los proveedores de atención médica que administran la vacuna y los receptores de la vacuna o los cuidadores deben revisar la Hoja de datos de la vacuna COVID-19 de Janssen para los proveedores de atención médica que administran la vacuna (proveedores de vacunación) y la Hoja de datos para los destinatarios y cuidadores, que se han revisado para incluir información sobre el riesgo de este síndrome, que se ha presentado en un número muy reducido de personas que han recibido la vacuna Janssen COVID-19 al menos garantiza que los candidatos a vacunarse con esta vacuna sepan los riesgos a los que se exponen.
Y la cuarta, que las palabras de recomendamos a las personas que tengan preguntas sobre qué vacuna es adecuada para ellos que conversen con su proveedor de atención médica y de insto a cualquier persona que tenga preguntas sobre las vacunas COVID-19 a que hable con su proveedor de atención médica o con el departamento de salud pública local ofrecen un pequeño rayo de luz en medio de tanta oscuridad. Conociendo algo del sistema sanitario estadounidense estoy seguro de que cualquier médico en este país, ante las dudas expresadas por un paciente sobre la vacuna Janssen, le recomendará optar por la Moderna o la Pfizer (al menos en Estados Unidos tenemos el derecho a elegir, algo de lo que parece que se carece en Europa en general y en España en particular).
En fin, que yo personalmente hubiera preferido que la CDC y la FDA hubieran descalificado la vacuna Janssen. Pero, ya que no lo han hecho, al menos se agradece la transparencia en los datos, advertencias y, de hecho, posibilidad de vacunarse con otro tipo de vacuna. Del mal, el menos; algo es algo.
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