Hace como una semana fue un macrobotellón de 25.000 jóvenes. Y ahora otro, pero con 40.000, incluyendo grave violencia callejera y enfrentamientos con la policía.
La juventud española está totalmente fuera de control. No la controlan ni sus padres (no los respetan), ni los profesores (se ríen de ellos), ni la policía (ya vemos que se enfrentan a ellos), ni los jueces (todos los detenidos son puestos en libertad y posteriormente son castigados con mínimas penas).
Como ya dije, es lo que se ha sembrado. A la juventud de España no es que se le haya permitido hacer lo que le diera la gana, es que desde altas instancias gubernamentales y educativas incluso se le ha animado a hacerlo. Parece una locura, pero así ha sido y así sigue siendo. Y ahí están los resultados.
Y mucho me temo que lo peor está por llegar. Porque cuando, viendo los desastrosos resultados, se persiste en el error, las consecuencias empeoran. Y mucho.
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