Cuando leí el tuit sobre estas líneas la verdad es que me costó creerlo. ¿De verdad hasta ese punto se ha llegado en España? ¿Ya el artículo 20 de la Constitución es papel mojado? ¿Se puede cargar ese artículo una dirigentilla de segundo o tercer nivel? Las respuestas: sí, sí, sí.
La afirmación de la alcaldesa de Ripoll, Silvia Orriols (recordemos: el islamismo radical va en contra de los valores occidentales), es una obviedad. Pero es que ese no es el punto. Pudo haber dicho, por ejemplo, que las ideas musulmanas van en contra de los valores occidentales y esa frase debió estar amparada igualmente por el artículo 20 de la CE.
Lo ocurrido es de una extrema gravedad. Que a una persona, sea quien sea, se la multe por expresar una opinión es simplemente cargarse el sistema de libertades. Iba a escribir que la pendiente por la que España se desliza hacia un régimen de censura y opresión empieza a ser preocupante. Pero a la vista de los hechos no es que empiece, es que claramente ya lo es. Y mucho.
Es hora de que los ciudadanos tomen conciencia de la gravedad de lo que está sucediendo y luchen por sus libertades. Será eso o perder esas libertades.
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