Uno lee por todas partes que Israel debe actuar
con contención en su ataque defensivo contra Gaza. No con proporcionalidad, porque eso implicaría que Israel les hiciera a los civiles gazatíes todas las barbaridades que los de Hamás les hicieron a los civiles israelíes el 7 de octubre. Pero sí con contención. Hasta el punto de que algunos se permiten exigir a Israel un "cese de las hostilidades", un "alto el fuego", que no entre en Gaza por tierra. Claro, eso significaría que Israel debería asumir los 1.815 asesinados brutalmente y los 199 secuestrados y esperar a que algo así volviera a suceder.
Si Israel hiciera tal cosa se estaría condenando a la desaparición. Porque hoy los países musulmanes, con Irán y Siria a la cabeza, están mirando atentamente la respuesta israelí. Y si atisban el menor signo de debilidad, lanzarán un ataque con todas sus fuerzas sobre ese país.
Mostrar debilidad es un lujo que Israel no se puede permitir. Porque, como he leído no recuerdo donde, Israel es el único país del mundo que no tiene la posibilidad de perder una guerra, ya que eso significaría su destrucción.
Así que si Israel comete la menor equivocación en su respuesta contra Hamás será destruido. Algo que, por supuesto, saben los líderes políticos y militares de Israel, tanto de derechas como de izquierdas. Y lo van a tener muy en cuenta a la hora de su entrada militar en Gaza.
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