Triste decisión la del pueblo peruano, que ha tenido que elegir entre un político terriblemente malo, el socialdemócrata Alan García, y otro todavía peor, el comunista Ollanta Humala. Al final supongo que los peruanos han elegido lo que debían elegir, lo muy malo en vez de lo peor. Han elegido la corrupción en lugar del abismo.
Pero no es hora de lanzar las campanas al vuelo. Humala no ha ganado en Perú... todavía. Porque, por desgracia, y quiero equivocarme, ganará. Será dentro de cuatro años, o cuando se celebren las próximas elecciones. O a las otras. O a las siguientes. Seguirá el ejemplo del boliviano Evo Morales, que perdió, pero siguió, desestabilizando y ofreciéndose como alternativa. Y ahí esta, gobernando (es un decir) Bolivia.
Y es hora también de recordar algo. Los Chávez, Morales y, en su día, Humala, son producto del sistema. Un sistema que deja al pueblo al borde de la desesperación (hay que estar desesperados políticamente para votar a los elementos mencionados), debido a la corrupción institucionalizada, que ya forma parte del día a día, de muchos países de América Latina. El robo de los políticos que llegan al poder es conocido y asumido. La clase política y la judicial están corrompidas en su inmensa mayoría, a lo que hay añadir los policías, los militares, los funcionarios, y un largo etcétera que incluye a casi todo aquel que tiene algo de poder.
Y eso, por desgracia, no va a cambiar en Perú. La solución, por supuesto, no vendrá de la mano de un extremista nacionalista comunista como Humala; pero sabrá aprovecharse de ello para conquistar el poder.
Lo terrible, lo casi trágico, es que fulanos como Hugo Chávez, Evo Morales y Ollanta Humala no pueden ofrecer al pueblo ni tan siquiera más de lo mismo, sino algo aún peor que lo actual. Y digo que es peor porque la corrupción y el robo siguen con ellos, pero a diferencia del sistema que, con todos sus enormes defectos, les permitió llegar al poder desde la oposición, estos dictadorzuelos disfrazados hacen todo lo posible por eliminar (políticamente, y a veces también físicamente) a la oposición.
Tenemos el claro ejemplo de Hugo Chávez en Venezuela, que una vez que llegó al poder desde la oposición, ahora lo quiere todo únicamente para sí (ejecutivo, legislativo, judicial, electoral, militar, informativo, etc.), y no duda para ello en utilizar todos los medios posibles (disfrazados) contra la oposición. Pasos que ya está comenzando a dar, y que seguirá, su fiel discípulo, el boliviano Evo Morales.
Por ello el sistema imperante en América Latina, con toda su enorme y espantosa carga de defectos, es menos malo que el que estos comunistas quieren instaurar.
Pero volviendo al caso peruano, al menos el extremismo de corte nacionalista y comunista tendrá que esperar una nueva oportunidad. No es consuelo suficiente ante un sistema, como he dicho, corrupto de pies a cabeza. Porque, además, esperará esa oportunidad. Y esa oportunidad llegará, de la mano de una corrupción imparable y una desesperación política sin límites de los ciudadanos que la padecen.
Ollanta humala ha convocado a "las fuerzas de la izquierda" a formar un frente bajo su liderazgo para luchar por la "transformación social". Todo esto nos muestra que Humala con el innegable apoyo de hugo Chavez y Castro, intentará formar un movimiento "indigena" que a punta de protestas logre hacerse del poder como en Ecuador o Bolivia.
ResponderEliminarAfortunadamente en el Perú nunca ha habido union entre las distintas comunidades y organizaciones campesinas. Organizar un movimiento tal requerirá mucho más que petrodólares.
Esperemos que el García verdaderamente haya aprendido la lección y se aleje del populismo latinoamericano que tantas desgracias trae a esta parte del continente
Han preferido lo malo conocido que lo peor por conocer.
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