La tecnología sin duda nos ha hecho y nos hace cada día más libres... por ahora. Porque la realidad es que con ella estamos poniendo nuestras vidas en manos desconocidas. Tanto es así que con algunas de las cosas que existen hoy (reconocimiento facial por cámaras computerizadas, la internet de las cosas, localización por satélite de donde estamos por el teléfono móvil, conocimiento de en qué, cúando y cómo compramos por el uso de las targetas, los gustos que tenemos por el uso de internet, etc., etc.) el conocimiento de lo que hacemos va incluso mucho más allá de lo que imaginamos.
Tan solo hace falta un paso más para que ese conocimiento se transforme en control. Que apareza un hombre, sabio y bueno, que por el bien (por supuesto) de los habitantes del planeta (o de una gran parte de él) decida centralizar toda esa información para así poder controlar las vida de ellos. Al fin y al cabo, ¿quiénes van a estar en contra de que les controlen la vida sino aquellos que tienen algo que ocultar? Por culpa de esa minoria, llamada liberal, no se puede sacrificar el bienestar de la mayoría, que por supuesto acepta de buen grado la necesidad de ese control, que es, repito, por su bien. Y los integrantes de la minoría que no quieran ser controlados evidentemente por algo será, algo malo estarán haciendo cuando no quieren que se sepa, así que que se atengan a las consecuencias.
¿Nada que ver con la realidad? ¿Tan solo la imaginación de un desconocido blogger que escribe en un pequeño rincón del ciberespacio? Ojalá. Pero estoy seguro de que sucederá. Yo pienso que no lo veré, pero algún día, a medio plazo, va a ocurrir. Y para cuando eso pase dejo estas líneas aquí, para que tal vez alguien lo lea y diga "si hasta aquí ha llegado el Estado, llegará a más".
Y quiero aclarar algo antes de terminar. No estoy en contra de la teconología. De hecho me encanta y la uso tanto como está al alcance de mi bolsillo. Pero eso no me impide ver que, más tarde o más temprano, entre las mentiras del Estado controlador y la credulidad de la masa borreguil, se llegará a lo que he esbozado en este texto (y probablemente a mucho más). Al tiempo.
Todo comienza con un número de DNI o de seguridad social. Pero ahora lo han conseguido mucho mejor, directamente damos todos los datos voluntariamente, hasta datos que, obligados, nos hubiéramos resistido a dar, como nuestra ubicación continuamente con el móvil, fotos de lo que hacemos en nuestro trabajo o tiempo libre, fotos actualizadas de nuestros hijos, etc...
ResponderEliminarSon unos grandes manipuladores, y los demás unos grandes borregos.
Ese es el problema. Saben de nosotros incluso más que nosotros mismos. Lo que falta es el paso de centralizar toda la información en un único punto. Y es eso, un solo paso.
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