Voy a escribir de lo que conozco en cuanto al tema, que son el confinamiento en Texas, por haberlo vivido personalmente, y el confinamiento español, por haberlo seguido de cerca por las noticias de la prensa española.
Empezaré por Texas, donde sufrimos un confinamiento light, que fue más un cierre obligatorio de negocios no esenciales. Desconozco los datos económicos que ello ha producido, ya que el únuico número que recuerdo es que en el segundo trimestre de este año el estado de Texas recaudó un 4% menos en impuestos que en el mismo periodo del pasado año. Pero en cualquier caso sé de bastantes negocios que se han visto obligados a echar el cierre definitivo por culpa del confinamiento, así como de que el desempleo ha subido.
A día de hoy estamos en el estado con peores números de contagio del covid-19 que cuando se declaró el stay at home. Y, claro, nadie habla de decretar un nuevo confinamiento, que podría llevar a la economía texana a cifras de desastre. ¿De qué sirvio, entónces, el mentado stay at home? Pues de muy poco, evidentemente. Mejor hubiera sido no cerrar negocios ni prohibir a la gente salir de sus casas sin razón, sino, como se está haciendo ahora, implementar la obligatoriedad de usar mascarillas y hacer una labor pedagógica de limitar las relaciones sociales, dejando saber a la población que esto no era algo para siempre, sino hasta que se pueda conseguir una vacuna.
Y lo mismo es aplicable, pero multiplicado por dos, a España. Ya sabemos que España sufrió un retroceso económico en el segundo trimestre de este año del 18.5%, casi el doble que Estados Unidos. Ayer comentaba yo que parece, por la práctica, que si había alternativa al brutal confinamiento al que el Gobierno obligo a los españoles (más que confinamiento fue una arresto domiciliario), ya que ahora, con números de contiagio mucho peores, no se habla de la misma medida. Visto lo cual hubiera sido preferible hacer la misma labor pedagógica de la que hablaba antes.
Por cierto, es interesante en este punto mencionar el caso de Suecia. Sin haber confinado al personal tiene números no mucho peores que los de Estados Unidos y mejores a los de España.
Quiero ser honesto y decir que no sé (o sea, que lo desconozco) si todo esto es extrapolable a estados en los que el virus hizo auténticos estragos (estoy pensando en Nueva Jersey, Nueva York, Massachusetts, Connecticut y Rhode Island). Pero en lo que respecta a Texas y, sobre todo, a España estoy convencido de que se hubieran podido conseguir los mismos resultados con medidas mucho menos invasivas en la economía y en la libertad individual.
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