Repito el sistema de valoración:
El sistema será sencillo. Quiero analizar hasta que punto fueron los partidos políticos y no los ciudadanos los que decidieron los gobiernos. Y utilizar tres colores para concluir el texto: Verde cuando la elección de los partidos hubiera coincidido con total seguridad con la de los ciudadanos; amarillo cuando, aún sin esa seguridad total, hubiera bastantes posibilidades de que los ciudadanos hubieran elegido ese mismo gobierno; y rojo cuando hay muchas dudas de la voluntad de los ciudadanos en la elección que hicieron los partidos.
Pues bien, por ese sistema ningún Presidente obtiene el color verde, porque ni una sola elección de Presidente de Gobierno fue democrática, que se dice pronto, ya que ninguno de ellos llegó a tener más del 50% de los votantes a su favor en voto directo en las urnas.
Por los pelos se salva la de 2011, con color amarillo. Y las otras cuatro (2015, 2016, 2019-primeras y 2019-segundas), con el rojo de la antidemocracia más absoluta. Y, sinceramente, no sé cual peor; juzguen ustedes. ¿Democracia? Pues no, partidocracia, y punto.
España, partidocracia (serie)
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