domingo, 19 de septiembre de 2021

Ea, ea, ea, Francia se cabrea

Leo que el presidente Macron llama a consultas a sus embajadores en Washington y Canberra por la "excepcional gravedad" y que incluso esa actitud tendrá influencia en la evaluación de la estrategia futura de la OTAN, dedicándose, ya puestos, a insultar a Gran Bretaña, de quien dicen que ya se conoce el oportunismo permanente.

¿La razón? Porque el acuerdo estratégico entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos, ese Aukus que implica la venta de submarinos americanos de propulsión nuclear a Australia y, a su vez, la ruptura de un mega contrato naval con Francia, desató el jueves la ira de la diplomacia francesa.

Pero no solamente por dinero, sino también porque ni su diplomacia ni sus servicios de información se olieron la jugada, lo que ha producido que Francia haya quedado en un ridículo grande.

Y, lo más importante en mi opinión, porque el asunto deja sin papel a jugar a Francia en la región indo-pacífica, ya que París siempre ha tratado de defender una tercera vía frente a la rivalidad creciente entre Pekín y Washington, algo que con esta alianza se ha ido al garete.

Vamos, que Francia pensaba que Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia tenían que pedirle permiso para hacer una alianza contra China, que directamente no afecta nada al país al norte de los Pirineos, por más que indirectamente haya sido un triple golpe al hígado que le ha dejado completamente sin aire.

Pero es que parece que Macron nunca aprendió que en política exterior no hay ni amigos ni enemigos, sino únicamente intereses. Así que ahora esta ejerciendo su particular derecho al pataleo. Porque no le gusta tener que conformarse con ser el colíder, junto a Alemania, de la Unión Europea. Pero es lo que hay. Y cuando se le pase la infantil rabieta tendrá que dejar de llorar y patalear en el suelo, levantarse y asumir la situación.

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