jueves, 10 de febrero de 2011

El experimento egipcio

No he escrito nada sobre los sucesos en Egipto, salvo un par de publicaciones fotográficas, porque estaba a verlas venir por unos días, pero un comentario me ha animado a salir del mutismo.

Creo en la democracia como único sistema de gobierno, y condeno todo tipo de dictaduras, sean políticas o religiosas. Ahora bien, de ahí a creer que cualquier levantamiento es la séptima maravilla hay un trecho muy grande. La democracia debe basarse en la libertad, o de lo contrario acaba siendo una dictadura de una mayoría fanática sobre la minoría que disiente. Lo anterior a nivel interno, porque si lo llevamos a las implicaciones exteriores, ese fanatismo acaba siendo un peligro para la estabilidad de la zona y al final para el mismo país.

Hay claros ejemplos sobre lo anterior. Tenemos el caso de Irán, donde el derrocamiento del Sha ha llevado al país a una dictadura fanática religiosa (que, por sus desvaríos nucleares, pone en riesgo a todo el mundo); también podemos ver lo que pasó con Afganistán, que sustituyó la dictadura comunista por la dictadura islamista (con el resultado de Al Qaeda y los atentados del 11 de Septiembre del 2001); recientemente hemos comprobado lo acaecido en Gaza, donde partiendo de una democracia real, ha acabado triunfando Hamas, un grupo islamista fanático terrorista (que tiene una guerra declarada contra su vecino Israel). Para evitar todo lo anterior tenemos el ejemplo de Argelia, donde ante la victoria de los fanáticos del Frente Islámico de Salvación, con todo lo que ello implicaba para la zona mediterránea y para el mismo país, se optó por anular las elecciones, ilegalizar el partido, implementar una dictadura y años después convocar elecciones sin los radicales.

¿Hay otra vía para los países musulmanes además de las mencionadas del fanatismo islámico o la dictadura laica? No lo sé, pero hasta ahora no se ve. El caso de Turquía es cuestionable, porque cada vez se va pareciendo más a Gaza, solamente que a cámara lenta. Está también Túnez, pero es muy pronto para saber en qué dirección va a ir la cosa allí, porque estamos hablando de un proceso comenzado hace menos de un mes.

¿Qué va a pasar en Egipto? Nuevamente no lo sé, pero no me parece a mí que vaya a ser una revolución tolerante, laica y democrática. Las fotografías de Hosni Mubarak con la Estrella de David en la frente son todo un síntoma, tanto de la falta de tolerancia y aceptación de Israel como del fanatismo islamista. Por otra parte, hace siete meses publiqué aquí unas fotos que me dejaron de piedra, que reflejan como el islamismo está ganando terreno en Egipto. No podemos olvidar que en Egipto están los Hermanos Musulmanes, un grupo islamista que poco a poco está siendo cada vez más influyente en este periodo de reformas abierto. Mucho me temo que tarde o temprano serán los que acaben ocupando el poder, con todo lo que ello implica de intolerancia para todo el que discrepe, tanto de los individuos interiores como de los países exteriores.

Está por ver el resultado del experimento egipcio. Yo por mi parte deseo para el país una democracia real, laica y tolerante. Otra cosa es que mi deseo se vaya a cumplir.

1 comentario:

  1. yo también deseo una democracia real, laica y tolerante. muchos lo deseamos. tenemos que conseguirlo...

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