Leo esos bloggers voxeros que creen que España-es-una-unidad-de-destino-en-la-historia-de-la-humanidad y la verdad es que alucino por completo.
No es solamente que adjetiven a Vox como partido liberal por el mero hecho de que lo es en el sentido económico, cosa nada sorprendente tomando en cuenta que ellos mismos se creen liberales por lo mismo. Lo peor es lo que viene a continuación.
Ellos desean que la suma de diputados de la triple alianza (PP+Cs+Vox) pueda echar a Pedro Sánchez de La Moncloa. Pero si las matemáticas no dan para ello tampoco pasa nada. Al fin y al cabo PP y Ciudadanos no dejan de ser dos partidos socialdemócratas más (para lo que ponen como ejemplo lo que, dicen, ya está pasando en Andalucía). Lo importante aquí es que Vox consiga un grupo parlamentario (lo más numeroso posible, logícamente) desde el que pueda dar, y esto es lo verdaderamente importante para estos bloggers voxeros, la batalla de las ideas. Que Vox llegue al Congreso y pueda dar esa batalla de las ideas es más importante (mucho más) que el que Pedro Sánchez se quede en La Moncloa cuatro años más con el apoyo del sextapartito integrado por socialistas, ultraizquierdistas, nacionalistas vascos, filoterroristas y dos secesionistas (y con la legitimidad de cara a la galería de probablemente ser el partido más votado).
Si en ocho meses Pedro Sánchez ha hecho los desastres que ya sabemos, ni tan siquiera se puede imaginar los que podría hacer en cuatro años, teniendo que pagar altísimos precios (políticos, económicos y sociales; y desde el principio) al grupo de partidos ya mencionado.
Pero nada de ese desastre es importante para estos bloggers voxeros si lo comparamos con la posibilidad de que Vox llegue al Congreso y dé la batalla de las ideas. Esa batalla de las ideas es lo auténticamente importante, lo único que verdaderamente merece la pena. Lo demás, comparado con esa, repito, batalla de las ideas, es completamente secundario. Incluido que España se cuasicomunice (económica y socialmente) con Podemos, o que corra el riesgo de partirse por el lado catalán (para empezar), o que la mitad de los catalanes sigan oprimidos (y cada vez más) por la otra mitad, o que la ruina económica que puede provocar ese engendro de gobierno a todos los españoles sea algo imposible de imaginar (dejará en un juego de niños la herencia zapateriana). O todos los desastres enumerados juntos (y muchos más que se den por el camino).
Estos bloggers voxeros han cambiado el lema franquista de "¡Arrriba España!" y su respuesta de "¡Arriba siempre" por el grito de "¡Arriba Vox!", al que responden emocionados con un "¡Arriba siempre!" Aunque sea a costa de destruir (y tal vez de modo irreversible) lo que dicen que aman. España.
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