Pedro Sánchez se erigió hoy en juez supremo de la política española y dictó sentencia. Condenó al PP y a Ciudadanos como culpables de todos los males que aquejan al país y sobre todo por la «crispación» que, dice el presidente del Gobierno, representan. Y, por el contrario, indultó sin ningún sonrojo a los secesionistas, a ERC y al PDeCAT, pese a ser los responsables últimos de que se haya visto abocado a convocar elecciones generales anticipadas por tumbar su proyecto de Presupuestos Generales. Más aún, el secretario general del PSOE ni siquiera mencionó a los independentistas en el arranque de la precampaña de las elecciones del 28 de abril en Sevilla. Sánchez arremetió sin piedad contra el Partido Popular y contra Ciudadanos.
Así se las gasta este sujeto.
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