La famosa desescalada comunicada por Sánchez es más propia de un estado policial (que es en lo que se ha convertido España) que de una sociedad libre. Eso a nivel personal. Porque a nivel económico va a llevar a España a un desastre de consecuencias, literalmente, imprevisibles, pero en cualquier caso con total seguridad devastadoras (valga la redundancia).
Algo que el PP sabe de sobra, ya que ha dicho, por ejemplo, que la decisión es caótica y que ha sido tomada sin consenso.
En esas circunstancias el PP debe dejar de apoyar el estado de alarma que pronpondrá el Gobierno y, en cambio, proponer uno propio como alternativa. De lo contrario, si apoya el propuesto por Sánchez, se convertirá en culpable de los desastres que producirá, a nivel de violaciones de las libertades individuales y del desastre económico que va a provocar.
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