Ojo al dato, que hay un tema que está pasando prácticamente desapercibido, pero para mí es una de las cuestiones más importantes. Me refiero al asunto del posible rescate económico de España por la Uníón Europea.
Antes de entrar en materia, algunos datos. Hace un par de días el primer ministro italiano aseguró en su Senado que Pedro Sánchez "está interesado" en el fondo europeo de rescate. Sobre esta cuestión Pablo Casado le preguntó hasta tres veces a Sánchez en el debate de ayer, obteniendo por respuesta básicamente una evasiva. Ese rescate, de producirse, sería una importantísima línea de crédito de la Unión Europea para España, pero con unas condiciones muy severas se su uso y de la administración de los recursos nacionales, que convertirían a España de hecho en una nación intervenida económicamente por la propia Unión Europea (como sucedió en el pasado con Grecia).
Aquí entramos en las valoraciones. Por supuesto Pedro Sánchez no quiere ese rescate, ya que las condiciones que le impondría la Unión Europea (durísimos ajustes que se sentirían en muchos colectivos de clase media y baja) casi con total seguridad serían inaceptables para Unidas Podemos. Y es bastante improbable que el PP aceptara sacarle del atolladero en el que él solito se ha ido metiendo. Con estos mimbres ir al rescate puro y duro sería tanto como tener que convocar elecciones para la fecha más cercana posible, finales de año.
¿Cuáles son las otras opciones? Pues básicamente dos. La primera, mutualizar la ayuda, es decir, que la Unión Europea se haga cargo de sacar a España del hoyo económico que se avecina a base de donaciones billonarias. O, en su defecto, que la Unión Europea, en base a algún tipo de mecanismo ya existente o por inventar, le preste a España el dinero que necesite, pero sin condiciones de uso, o, como mucho, algunas muy generales.
La primera de las opciones, la de la donación, ha quedado totalmente descartada, porque los gobiernos de los países del centro de Europa no están dispuestos a correr con los costes económicos de una enorme ayuda de esas características, la cual a su vez tendría unos costes electorlaes para ellos, ya que el Gobierno de Sánchez e Iglesias, particularmente el segundo, no son bien vistos por aquellos pagos, además de que no se fian del Gobierno español en su conjunto. Lo que queda, por lo tanto, es la segunda de las posibilidades, el préstamo sin condiciones o con condiciones muy pequeñas; pero para ello vale el mismo argumento, los gobiernos serios de Europa no se fían del uso que el Gobierno español pueda hacer del dinero, sobre todo porque es un Gobierno débil y del que forman parte un partido ultracomunista como es Podemos y el mismo Partido Comunista de España.
En esas condiciones lo más probable es que los líderes europeos, tras marear un poco la perdiz durante algún tiempo (muy típico en ellos), le den a Sánchez únicamente la posibilidad del rescate, con las duras condiciones que control que conlleva. Un rescate que Sánchez tal vez no tenga más remedio que aceptar, ya que, siendo mala la decisión, no aceptarlo sin ninguna alternativa válida sería infinitamente peor. Y un rescate que bien podría llevarla a tener que convocar elecciones anticipadas si Pablo Iglesias le deja caer. Y, en último término, tal vez a perderlas si los duros recortes exigidos por la Unión Europea produjeran que muchos de sus votantes se sintieran traicionados y se refugiaran en la abstención.
¿Política-ficción? Puede ser. Pero la crisis económica, por desgracia, no ha hecho nada más que empezar. Y con toda seguridad va a ser mucho más dura que la que comenzó en 2008. Aquella acabó llevándose por delante al Gobierno socialista de Zapatero, siendo sustituido por el del PP de Rajoy (incluso sin rescate de la UE, que básicamente solo efecto al sistema bancario español). ¿Estamos viendo una simetría entre esta situación y aquella? A ciencia cierta, no lo sé. Pero podría ser.
Con lo que quiero terminar este texto es con que me parece muy sospechoso que Sánchez diera la callada por respuesta a la pregunta (tres veces) de Casado sobre si está pensando en pedir el rescate de España a la UE. Si tuviera claro que no lo quiere, lo hubiera dicho claramente. Pero si está pensando en pedirlo, no lo puede decir, so pena de volar por los aires su débil alianza gubernamental con Podemos. Es posible que haya optado por ganar tiempo y ver que pasa. Vereremos nosotros también que sucede.
Pero mientras tanto la prima de riesgo de España se dispara (ojo al dato, el 21 de febrero estaba en 64 puntos, mientras que ahora mismo está en 146, un 125% por encima en únicamente dos meses -y llegó a estar ayer a 155-). Algo que podría precipitar las cosas. Lo dicho, veremos.
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