Ayer anoté cuatro puntos del escándalo de la Guardia Civil persiguiendo 'bulos' que dañan al Gobierno.
Hoy tenemos otros dos.
Quinto: Celaá: El Gobierno no puede aceptar «mensajes negativos, falsos, que provocan consecuencias para la salud».
Sexto: Interior anula la orden de controlar los «bulos» que crean «desafección al Gobierno» tras el escándalo.
Dos rápidas cuestiones. La primera, vemos la pulsión totalitaria en las declaraciones de la ministra. Y la segunda, una pregunta evidente: si lo que hicieron estaba bien, ¿entónces por qué rápidamente lo anularon en cuanto salió
a la luz pública?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.