La denuncia de violación fue publicada el 2 de noviembre por la tenista de elite Peng Shuai en Weibo —el Twitter
chino—. Denuncia que desapareció de modo fulminante en cuestión de minutos. Y es que el acusado era nada más y nada menos que Zhang Gaoli, ahora retirado pero que entre 2013 y 2018 fue viceprimer ministro y uno de los hombres más poderosos de China. Y no solamente desapareció la denuncia, sino también la denunciante, de la que no se ha vuelto a saber nada. Todo apunta a que se encuentra retenida por las autoridades chinas por haberse atrevido a denunciar a un dirigente del gobernante Partido Comunista de China.
Sobre las barbaridades que suceden en un país comunista, nada de lo que sorprendernos. Se violan todas las libertades, ahora vemos que también la sexual, y no pasa nada. ¿Pero qué van a hacer nuestros alegres chicos (y chicas) comunistas de España? ¿Van a condenar el caso en plan "hermana, yo sí te creo"? ¿O, como ya nos tienen acostumbrados con las barbaridades cometidas contra las mujeres en los países musulmanes, van a cerrar ojos y boca sobre el asunto? Mucho me temo que será lo segundo.
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