Quería esperar a escribir este texto a que Yolanda Díaz diera el paso públicamente y presentara esa plataforma política que aúne a todos los movimientos políticos a la izquierda del PSOE. Pero ya la noticia de que está disparada en las valoraciones de la gente está por todas partes, y es una cuestión de tiempo que se presente como líder nacional del lado izquierdo de los socialistas.
Vaya por delante que Yolanda Díaz me cae bien. Es posible que incluso muy bien. Como a todo el mundo, vamos. Su personalidad, tranquila y alejada de los histrionismos propios de la clase política de estos tiempos, creo que es lo que la ha catapultado a esa primera posición en la opinión pública.
Pero lo anterior no cambia que es una comunista (es militante del Partido Comunista de España, dicho sea de paso) que cree y defiende las mismas ideas liberticidas que defiende, por ejemplo, Pablo Iglesias. Lo único que cambia es la personalidad.
Es, como dice el dicho, el mismo perro con otro collar. Y es que, sin pretender ser ofensivo, sino solo refranero (usaría el mismo símil si fuera un hombre), es la mona comunista vestida de la seda amable. Pero, sea como fuere, mona. Comunismo disfrazado de amabilidad. Pero comunismo al fin y al cabo. El mismo peligroso comunismo de siempre.
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