No son todos, evidentemente, porque habrá en España mandos militares que hacen su labor de forma leal e íntegra. Pero en mi experiencia son una minoría. Dentro de los suboficiales (el rango con el que yo lidié) todo se compraba y se vendía. Cada cual tenía su precio y lo único que había que hacer era encontrarlo.
Y este Gobierno parece que lo ha encontrado a nivel de oficiales, sobornando (sí, la palabra es dura, pero es la realidad) secretamente a esa oficialidad. Estamos hablando de cifras brutales, cuya finalidad es completamente inexplicable.
Bueno, sí, sí es explicable. Lo explica por completo esta frase: «Son gratificaciones con las que ganar lealtades y voluntades».
Así se comprende el silencio y la colaboración de los militares con este Gobierno, a pesar de las barbaridades que ha cometido y sigue cometiendo, algo que no hubiera sucedido en otros tiempos. Por eso Pedro Sánchez está tan tranquilo, porque sabe que nunca los militares van a hacer nada contra él. Los tiene comprados.
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