El totalitarismo detrás de las palabras de Pablo Iglesias

El tipo nos tiene acostumbrados a tantas violentas y/o groseras salidas de tono que una más parece no tener importancia. Pero cuando nos detenemos un poco a analizar las palabras del otro día de Pablo Iglesias, defendiendo que el ministro Bolaños se hubiera abierto paso hasta la tribuna de autoridades a través de la fuerza física de sus escoltas contra la jefa de protocolo de Ayuso, hay que llegar a la conclusión de que ha habido un salto cualitativo.

Dice este señor (las negritas son mías) que "el poder no solamente lo da el cargo, el poder lo da también la actitud", y concluye más tarde que "una jefa de protocolo de la Comunidad de Madrid no puede parar físicamente a un ministro del Gobierno del Estado... el ministro del Gobierno tendría que haber asumido el bochorno de decirles a sus escoltas 'me apartan ustedes, por favor, a esta señora'... y si después tenemos que discutir de como tendría que ir el protocolo, o por aquí, o por allá, después se discute..."

Hay unos cuantos detalles que este sujeto olvida a propósito. El primero, que quien organizaba el acto era la Comunidad de Madrid; el segundo, que Bolaños no fue invitado; y el tercero, que cuando Bolaños hizo saber que iba a asistir, se le comunicó que no era bienvenido.

Pero aun así Pablo Iglesias defiende que Bolaños, en un acto en casa ajena, debió subir a la tribuna de autoridades por la fuerza. Y después, y solamente después, discutir si la aplicación de esa fuerza fue algo correcto o no.

Eso quiere decir ni más ni menos que este individuo piensa que alguien, por el hecho de estar en el Gobierno, tiene derecho a ejercer el poder por la fuerza aún en actos organizados por otras corporaciones a los que no ha sido invitado y no es bienvenido. Más o menos es una actitud de "yo soy el Gobierno y voy a donde me da la gana y nadie me lo va a impedir".

De lo anterior al "exprópiese" hay solamente un paso. Y con toda seguridad un totalitario como Pablo Iglesias lo daría.