La frase, pronunciada por Pedro Sánchez, es ya archiconocida,
refiriéndose a la inclusión de 44 etarras, siete ellos asesinos, en las listas de Bildu para las elecciones municipales: Es legal, pero desde luego no es decente.
Y claro, tiene toda la razón. Lo que pasa es que hay un pequeño (entiéndase la ironía) problema, que casi todos han pasado por alto, menos Jorge Vilches en su columna 'Sáncheztarras': En 2019 fueron 18 condenados por terrorismo en sus listas electorales, y solo uno tenía delitos de sangre.
Algo que, por supuesto, Pedro Sánchez ya conocía cuando aceptó a Bildu como socio parlamentario en toda la presente legislatura, que, bueno es recordarlo, comenzó después de que se celebraran esas elecciones municipales.
Si hoy es legal pero no decente que Bildu presente terroristas asesinos en sus listas lo era también, evidentemente, hace cuatro años. Por lo tanto lo que Sánchez estaba reconociendo es que a lo largo de estos cuatro años ha estado llegando a acuerdos con un partido indecente. No por lo que haya hecho ahora (que también, claro), sino porque lo mismo lo hizo hace ya cuatro años.
Las preguntas que se me ocurren, así, a bote pronto, son las siguientes: ¿Por qué Pedro Sánchez ha pactado durante cuatro años con un partido indecente? Si en ayuntamientos vascos y navarros, y en la propia Comunidad de Navarra, el PSOE necesita los votos de Bildu para gobernar, ¿va a renuncia a ese poder para no pactar con un partido que considera indecente? ¿Va a renunciar a seguir pactando a nivel nacional Sánchez con ese partido indecente en lo que queda de legislatura? En caso de que los escaños de Bildu fueran necesarios para ganar una investidura tras las próximas elecciones generales, ¿renunciaría Sánchez a esa investidura para no sacarla adelante con los votos de un partido indecente?
Las respuestas me temo que son claras. No, si el PSOE necesita a Bildu para gobernar en ayuntamientos y en Navarra, no renunciara a ese poder. No, Sánchez no va a renunciar a seguir pactando con Bildu en lo que queda de legislatura. Y, lo más importante de todo, no, si Sánchez necesitara los apoyos de los bilduetarras para seguir como Presidente de Gobierno, no renunciaría a ellos.
Pedro Sánchez le dijo a Mariano Rajoy en 2015 lo siguiente: El Presidente del Gobierno tiene que ser una persona decente, y usted no lo es.
Y Sánchez tenía toda la razón. No sé si Rajoy era decente o no. Probablemente no lo era. Pero de lo que estoy seguro es que pactar con un partido que lleva a asesinos en sus listas es, por lo menos, indecente. Y sí, el Presidente del Gobierno tiene que ser una persona decente. Algo que Pedro Sánchez ha demostrado de sobra que no lo es.
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