Una cosa es lo que nos dice la señora de las
cosas chulísimas y otra
lo que sucede en un
pequeño pueblo donde
sus ideas se han llevado
a la práctica desde 1979 sin oposición por un alcalde de la misma ideología que la señora de las cosas chulísimas. Estamos hablando del pueblo sevillano de Marinaleda, que un comunista de tomo y lomo lo convirtió en su cortijo rojo particular.
Y como ejemplo un botón. Allí Vox celebraba un mitin, al final del cual un integrante de Vox, ha sufrido una brecha en la ceja en un intercambio de golpes con algunos vecinos, poco antes de que llegaran dos patrullas de la Guardia Civil... mientras alguno de ellos intentaban que los medios de comunicación no tomasen imágenes de los hechos.
Ya saben, si no son de su cuerda no pueden ni manifestarse ni expresar su opinión; y tampoco que los medios de información hagan saber los métodos que esta turba emplea. Eso es el comunismo. Lo que no entiendo es como sigue habiendo gente que vota esta ideología, vaya en las elecciones con las siglas que vaya.
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