Estoy convencido de que una de las razones del hundimiento de Ciudadanos fue la inestabilidad emocional y sentimental de Albert Rivera, que produjo que no se supo concentrar en dirigir el partido de la forma correcta.
Me temo que algo así está pasando con Macarena Olona. Evidentemente cada cual es
muy libre de relacionarse sentimentalmente con quien quiera, faltaría más. Hasta una señora de derechas (al menos hasta hace muy poco tiempo) con un 'Músico y Baterista en ZonaZero, Republicano,Feminista y Siempre ANTIFASCISTA' (sic).
Macarena Olona siempre tuvo mucho cuidado de mantener su anterior relación sentimental (nos enteramos a través de periodismo basura que era con un guardia civil, quien es el padre de su hijo) alejada de los focos y muy separada de su vida política. Parece que no es el caso ahora. Después de enterarme del asunto he ido bajando en su Twitter y, hasta el 30 de abril (no he bajado más), se pueden contar cinco tuits donde aparece junto a su, en principio, nuevo novio (uno, dos, tres, cuatro y cinco). Estamos hablando de una medida de alrededor de un tuit con este hombre cada siete días (sin contar los retuits de gente que ha publicado estas mismas fotos).
Lo anterior yo no lo he visto nunca en ningún político, hombre o mujer, en España (por cierto, Inés Arrimadas se hizo novia de su actual esposo cuando ella era diputada por Cs en el parlamento catalán y él lo era por CiU, y no montó este espectáculo). A lo que hay que añadirle un casi radical cambio ideológico de Olona, en la línea del izquierdismo y republicanismo de este hombre (cuando lo normal es que ideológicamente hubiera intentado establecerse entre el PP y Vox, para intentar atraer votantes del PP que no son socialdemócratas y votantes de Vox que no son de extrema derecha); como ejemplo, ha anunciado que en Cádiz el cabeza de lista será alguien procedente del partido ultraizquierdista Más Madrid, lo cual ha calificado como 'espectacular' (sin duda estoy de acuerdo con ese adjetivo, porque, por desgracia, todo en ella está resultando un espectáculo).
Por cierto, hablando del presunto nuevo novio, un tipo que dijo de ella públicamente en al menos dos ocasiones que 'es asquerosa' (y no, no dijo ni siquiera que daba asco, dijo 'es asquerosa'; tal cual).
La conclusión de todo ello es que probablemente Macarena Olona
ha desarrollado una dependencia psicológica (bastante grande, por lo que se ve) de este hombre, al que tal vez conoció no mucho después de su ruptura sentimental con el padre de su hijo (y en medio de su crisis política), y de quien, por encima de cualquier otra circunstancia, se ha aferrado para salir del bache en su vida en todos los sentidos.
A nivel personal, pues bueno, cada cual es muy libre de decidir lo que quiera (hasta unirse con un hombre que la ha insultado gravemente de forma pública, algo que no consigo entender). Pero a nivel político me parece un suicidio, porque si ya de por sí en España es muy complicado levantar un partido político desde cero (y menos en tan poco tiempo), con esas actitudes lo que puede ocurrir es que ahuyente a posibles votantes de derecha y centro-derecha (por ejemplo, un servidor) sin conseguir atraer a votantes de izquierda y centro-izquierda. Y, repito, a nivel político que no personal, me parece totalmente incomprensible en una mujer que daba la impresión de ser independiente y autosuficiente (algo que tampoco le va a hacer ganar votos precisamente). Por cierto, a lo que hay que añadir un exceso de teatralidad en sus entrevistas y de victimismo en Twitter (a todos los líderes los atacan, desde la extrema izquierda a la extrema derecha, y no montan ese lío). Tampoco creo que la campaña que le están haciendo los medios de izquierda, con la intención de dividir el voto de derecha, sea suficiente para que consiga espacio en el Congreso (puede, eso sí, que le reste algún escaño a Vox, que tal vez podría ser decisivo a la hora de la suma de diputados para que Sánchez se quede o se vaya).
Macarena Olona me caía bien. Pero, sinceramente, con todos estos saltos políticos circenses me ha decepcionado. Lo siento, porque creo que era una excelente parlamentaria que pudo aportar mucho a la política española. Algo de lo que ahora dudo bastante.
Apéndice. El presunto novio de Macarena Olona no me gusta para nada. Menos aún su estilo insultante. No sé, pero se da un aire a Pablo Iglesias, pero más barriobajero (que ya es decir). Espero que si la relación sentimental termina en ruptura el tipo no acabe por revelar cosas privadas de ella. Sería algo extremadamente dañino para Macarena Olona. Por eso hay que tener cuidado con las elecciones que uno (o una, en este caso) hace.
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