Por un día me vuelvo yolandista. Me convierto en el más ferviente seguidor de Yolanda Díaz. Qué digo, ¿seguidor?, eso es poco, admirador.
Y es que no es para menos. Lean (en negrita y todo, que la ocasión lo merece):
Podemos se resigna sobre el veto de Sumar a Irene Montero: «Es el camino más doloroso» - La ministra de Igualdad no irá en las listas de la coalición de izquierdas a las próximas elecciones del 23 de julio
Yolanda Díaz le ha hecho morder el polvo a la orgullosa y prepotente Irene Montero. A la que nadie tosía. La que no podía tocar ni tan siquiera Pedro Sánchez. Y de qué manera le ha hecho morder el polvo. Veto personal. Punto.
Yo la verdad es que no las tenía todas conmigo. Aunque no lo consideraba probable, pensaba que existía una posibilidad de marcha atrás. Pero no, para nada.
Se acabó la diversión, llegó la 'comandanta' y mando a parar. Y nunca mejor dicho. Aquí pensaban seguir (Iglesias y ella)... y en eso llegó la Yoli. Y aguantó toda la presión (que ha sido brutal) que le metió el macho alfa podemero, que sigue mandando en las chicas de Podemos. Pero no en ella. A la que señaló como su sucesora. A dedo. Como él hace las cosas. Pero ella supo desligarse del tipo y volar libre de él.
Decían los podemeros que en la coalición Sumar no podrían ser tratados como los demás. Y así ha sido. No han sido tratados como los demás. Han sido ninguneados, ignorados, despreciados, pisoteados, humillados. Han sido puestos por debajo de todos los demás. Yolanda les ha dicho que esto eran lentejas. Y pocas. Y las han tenido que comer. Lean de nuevo (vuelven a valer la pena las negritas):
Podemos asume el papel "modesto" que tiene en Sumar, admitiendo que tras mucho tiempo su partido no marcará la estrategia de campaña y se ponen "detrás de Díaz" allí donde se les pida.
Detrás de la 'comandanta' que ha llegado, ha acabado con su diversión y les ha mandado a parar. Y ellos obedientes, sin rechistar. Detrás de la 'comandanta' que les ha humillado como nadie lo había hecho antes (probablemente más que la humillación de Ayuso a Iglesias hace dos años). Detrás de la 'comandanta', de 52 años, que ha acabado con la carrera política de Irene Montero, con tan solo 35 años, con un chasquido de dedos.
Ver hundida a la prepotente Irene Montero y al orgulloso Pablo Iglesias lamiéndose las heridas es más de lo que esperaba de la política española.
Permitidme que disfrute el momento y me declare yolandista por un día. O por un post.
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