Un fanático pepero me ataca brutalmente en FB por criticar yo a Feijóo, a Rajoy y al aborto

El sujeto atiende por
Carlos Ortega Peñamaría (en la foto) y aparentemente es un universitario asturiano afincado en La Coruña. Apareció en mi FB sin que nadie le llamara (no le conocía de absolutamente nada), comentando en el enlace sobre mi decisión de apoyo en las últimas elecciones que publiqué en este blog. Nada que objetar... si lo hubiera hecho con educación y respeto (parece que en su periplo universitario no aprendió esas virtudes).

Ya empezó mal, llamándome "indocumentado", diciendo que yo hablaba "a partir de prejuicios regionales y odios personales" y afirmando también que soy de los que "se inventan las cosas, hablan de lo que no saben o viven en los mundos de Yupi". Se lo pasé, en mi respuesta le agradecí "su esfuerzo en la defensa del PP" y deliberadamente le traté de usted (algo que no hago en las redes), para ver si era posible reconducir la situación.

Baldío intento. En su respuesta ya comenzó diciéndome un "no sabes de lo que hablas" que, sin ser nada grave, no presagiaba nada bueno para el futuro. Pero al seguir leyendo dicha respuesta me encontré con esto:

"Hablas desde la perspectiva de un abducido por la secta fanática El Yunque... hablas con "principios y valores" carcas de las beatas del siglo pasado, propias de la secta El Yunque- Házte Oír."

Le volví a pasar sus ataques y me limité a decirle, antes de responderle, que "mi estilo, a diferencia del de usted, es no personalizar".

Y en su respuesta yo me quedé helado cuando empieza con esta afirmación:

"A ver, José, ¿Cómo que no personalizas? Te tiraste la conferencia personalizando con Feijóo, con Fraga, con Feijóo, con Don Manuel, con Feijóo, otra vez con Feijóo."

Es decir, que para este tipo opinar sobre personajes públicos que él defiende es "personalizar". Yo entendía y entiendo que "personalizar" es atacar a aquel con quien debates. Pero él lo lleva más lejos (mucho más) y le añade las personas que defiende. Lo que demuestra lo que significa para él la libertad de expresión. Es decir, estamos hablando de un fanático de la política en su máxima expresión.

Por cierto, que le molestó mucho que yo criticase a Fraga (a quien llama "Don Manuel") por haber sido ministro de Franco. Quién sabe, pero, por las actitudes que muestra, tal vez en el fuero interno de este elemento el dictador es Don Francisco, o el Caudillo, o el Generalísimo. Y es que, además, este personaje piensa que hay que aceptar sus argumentos incondicionalmente, y si no se aceptan es porque uno miente y calumnia (y se define como liberal).

Pero cuando empieza a mostrar su verdadera cara de relativista fanático pepero es cuando saca el tema del aborto:

"Por la estrecha y represiva moral de cintura para abajo que demuestras y mezclarlo con la política, con el aborto, con lo de estar emparejado pero no casado y con otras consejas de beatas tenías que ser de la secta El Yunque."

Ello tiene como base que, en realidad, por más que lo niegue, él está a favor del aborto (las mayúsculas son suyas): "PERO si una mujer -mayor de edad- quiere abortar porque no ve otra salida NO SE LA PUEDE OBLIGAR A TENERLO."

Llegado a ese punto, simplemente le dije que "no me apetece lo más mínimo debatir con alguien que no sabe hacerlo de forma respetuosa, sino que todo el tiempo tiene que lanzar ataques personales y que no sabe respetar las ideas de los demás (yo no he personalizado con usted, sino que he opinado sobre personajes públicos, que es muy diferente, mientras que usted todo el tiempo se ha dirigido a mí con faltas de respeto)."

¡Para qué fue eso! En su respuesta este individuo afirmó que "no se pueden lanzar calumnias sobre personajes públicos que rigen los destinos de España" y que "no se pueden basar las opiniones cara al público en la calumnia y la mentira, porque el blog se convierte en una suerte de infundios propios de corrala". Con ese no se pueden me entra la duda de qué significa y de como este pepero entiende la libertad de expresión.

Yo me limité a enlazarle mi texto "Balbucear sobre la subida de las pensiones tiene un precio". ¡Un enlace! Y en su respuesta este fulano cruzó todas las líneas del respeto y la educación:

"Se te ve una animadversión enfermiza hacia Feijóo, que te lleva, no sólo a hacer juicios de valor sobre él sin conocerlo, sino a seguir en el error aunque te lo demuestren como hice yo. Pues te advierto que alguien que no sabe distinguir entre socialdemocracia, socialismo, centro-derecha, liberal y extrema derecha y que se llame católico practicante, antiabortista y aferrado a la Biblia y que sigue la moral frailuna medievalista y carca, metiéndose( ¡maxime si se llama "liberal"!) en si alguien está emparejado o casado y calumniándolo, como haces tú con Feijóo, ni es cristiano, ni liberal, y su blog se reduce al mezquino nivel de chismes, infundios y difamaciones de porteras. Lo tuyo es una obsesión, José, es como si Feijóo te hubiese quitado la moza y le hubieras jurado odio eterno, y eso está muy mal, no se puede odiar así sin motivo, tienes que confesarte con propósito de enmienda."

Así, como suena (bueno, como se lee). Ahí quedan las citas. Que cada cual saque sus conclusiones.

¿Por qué traigo este asuntillo por aquí? No por lloro, porque a las redes se llega llorado de casa. Sino porque, aprovechando que tengo un blog, quiero dejar constancia de la calaña de este hombre.

Por cierto, que en mis inicios en las redes choqué contra violentos ataques personales continuos de un socialista; luego me vendrían de voxeros y podemistas; ahora aparece este pepero. Lo que esto significa, como le dije en mi última respuesta, es que "una vez más se demuestra que los seguidores de los partidos políticos son como los forofos de los equipos de fútbol" y que "por eso España está como está". Y que el fanatismo político (sea de Podemos, Sumar, PSOE, Vox o, como este caso, PP) lleva a las personas hasta estos extremos de irracionalidad en el debate. Aunque sean universitarios (este elemento, por ejemplo, en violencia verbal puede equipararse perfectamente a Pablo Iglesias, universitario también).

Repito, por culpa de tipos como este (insultador, irrespetuoso, falto de educación y violento verbalmente) es que España está como está.