martes, 22 de febrero de 2011

Arde el mundo islámico

En toda esta ola de cambio en el mundo islámico hay que mantener una gran dosis de sano escepticismo. Estamos ante un experimento que nunca se ha producido en el mundo islámico, y como todo experimente es apasionante, porque se desconocen los resultados.




Primero fue Túnez, después Egipto y ahora Libia, entre otros (Argelia, Baréin, Jordania, etc.). El drama y la tragedia de los cambios políticos casi fuera de control (en algunos casos, como el libio, sin el casi) se apoderan de muchos países musulmanes, que hacen que el mundo islámico arda, con una espantosa estela de represión y muerte como consecuencia de ese fuego.

A la hora de analizar globalmente este huracán de cambios que están sucediendo en el mundo islámico, decir que debe ser impedido, o que está mal, solo por el hecho de que Occidente en general y Europa en particular siente un escalofrío ante la inseguridad que representan unos cambios que parecen estar fuera de su control, me parece una valoración completamente simplista. Pero al menos igual de simplista es decir que toda esta ola está bien, y que debe ser apoyada y promovida, únicamente porque está sucediendo contra dictaduras y porque enarbola la bandera de la democracia. La realidad es mucho más compleja, y caer en cualquiera de los dos extremos me parece un error. En el primero de los casos estaríamos defendiendo la dictadura y la opresión, lo que es indiscutible que es totalmente injusto, mientras que en el segundo estaríamos haciendo gala de una credulidad casi ilimitada y rayana en la estupidez. Para caer en cuenta de lo terriblemene injusto de la situación pasada (y presente) basta con mencionar el caso de Libia, mientras que para ver que no podemos caer en una credulidad infantil tan solo tenemos que recordar el caso de Hamas o Irán. No todo lo que conviene a Europa es bueno en sí mismo, pero tampoco todo lo que dice ser democrático lo es.

En toda esta ola de cambio en el mundo islámico hay que mantener una gran dosis de sano escepticismo. Es de presumir que no todos los cambios van a ir en la misma dirección, y mientras que en determinados países pueden dirigirse a una democracia más o menos real (tampoco creamos que van a incorporar el modelo europeo de un día para otro), en otros esa democracia puede desaparecer no tardando mucho a manos de los islamistas más radicales (que no conviene olvidar que son muchos en esos países).

¿Qué hacer ante ello? Muy poco además de mirar. Estamos ante un experimento que nunca se ha producido en el mundo islámico, y como todo experimente es apasionante, porque se desconocen los resultados. Personalmente no soy demasiado optimista al respecto, pero no me queda más remedio que darles el beneficio de la duda, aunque sea pequeño (muy pequeño). Y seguir viendo lo que pasa, deseando lo mejor y temiendo lo peor.

Por cierto, he aprovechado la ocasión para colocar un logo en la sección "es noticia" que enlaza a un texto en la Wikipedia en inglés (siento decir que el texto en la Wikipedia en español deja muchísimo que desear en comparación con el anterior) donde se está actualizando la información casi al minuto de forma general, y desde donde se puede uno dirigir a información en particular sobre los acontecimientos que han acaecido o están acaeciendo en cada uno de los países.

1 comentario:

  1. Yo tampoco las tengo todas conmigo con respecto a los resultados pero...no deja de ser un alivio ver que gente se echa a la calle de verdad para reclamar algo. Y es una leccion que si nosotros no aprendemos...seguiran explotandonos a base de bien.

    Un saludo.

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