El artículo nos habla de muchos menos nacimientos en España, más muertes y menos matrimonios. La fecundidad de reemplazo (es decir, la necesaria para que se mantenga el mismo número poblacional) se establece en 2.1 nacimientos por mujer. En España el dato ahora mismo está en un 1.39.
Lo anterior son matemáticas puras y duras. Y tercas ellas.
Pero a eso hay que añadirle que la emigración de españoles al extranjero ha aumentado. Ahora bien, lo curioso es que, en esas circunstancias, la población española se ha incrementado cada año. Yo recuerdo que en mi época de estudiante se nos enseñaba que era prácticamente imposible que España llegara a los cuarenta millones de habitantes. Pues bien, hoy en día no es que se haya llegado a esa cifra, sino que se encamina hacia los cincuenta millones.
¿Y cómo se dan esos números con una muy baja natalidad? No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que eso tiene una fácil explicación que se resume en una sola palabra. Inmigración. Los extranjeros viviendo en España pasaron de ser un 1.6% de la población en 1998 a ser un 12% en 2009. Pero ojo a este dato:
As of 2017, there were over 4,572,807 foreign-born people in Spain, 9.8% of the total population.
Cifras oficiales, claro. A las que hay que sumar los inmigrantes ilegales no contablizados.
Repito. Matemáticas puras y duras. Y tercas.
El reemplazo de la población autóctona española por una foránea ya ha comenzado. Y mucho me temo que no se va a detener. Sino que muy al contrario va a aumentar en velocidad. Porque las medidas que se están tomando van exactamente en la dirección contraria a la que debería ser.
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