El problema que tienen los líderes de centro, derecha y extrema derecha es que parece que mienten hasta cuando dicen la verdad (esto último sucede pocas veces, todo hay que decirlo). Su sobreactuación llega casi a lo nauseabundo e insoportable. Y lo mismo, claro está, cabe aplicarle al líder de extrema izquierda (pero en este caso multiplicado por mucho).
Mientras tanto Pedro Sánchez parece que dice la verdad hasta cuando miente (lo cual sucede en un 99% de las veces... o más). Su actuación es tan buena que da la impresión que se cree sus propias mentiras hasta cuando hace afirmaciones que chocan frontalmente contra la más evidente realidad.
Ante ese dramático panorama político, y dada la ignorancia real en este tema de los votantes españoles, que se guian más por apariencias que por profundidades, la verdad es que hay poco esperanza. Aunque dicen que es lo último que se pierde. Puede que Inés Arrimadas consiga hacer algo. Pero cada vez lo veo más difícil.
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