Ya dije hace tiempo que estoy en contra de la gestación subrogada. Se está manipulando la vida humana en su comienzo. Y a la vez defiendo el derecho de todo hijo a tener un padre y una madre.
Vivimos tiempos en que todo el mundo quiere tener derechos. Y así hemos llegado a que existe el supuesto derecho a ser padre o madre. No, no existe.
Pero en esto estamos y las parejas homosexuales acuden a la adopción o, como es el caso que nos ocupa, a la gestación subrogada para ejercer su derecho a ser padres.
Hablo del caso de Miguel Bosé y Nacho Palau, del que me acabo de enterar. Pareja homosexual que deciden tener hijos, y, utilizando el sistema de la gestación subrogada, consiguen cuatro, dos mellizos de Bosé y otros dos de Palau.
Dicho sea de paso, me sorprende que Bosé decidiera ser padre a una edad tan avanzada como 53 años. Pero es el signo de los tiempos, no pensar en los hijos, sino en uno mismo.
Ahora la pareja Bosé-Palau se rompe y hay que decidir que se hace con los hijos, aparentemente con doble nacionalidad, española y estadounidense, y los de Bosé viviéndo con él en México y los de Palau lo propio en España. Aparte del culebrón legal que se aproxima, lo triste son las consecuencias para los niños, productos casi con toda seguridad de transaciones comerciales, unos de un hombre y otros de otro, sin ningún tipo de referente materno.
Es la sociedad que nos ha tocado vivir. Donde muchas veces el precio de los errores y de los experimentos los pagan los más inocentes.
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