Me quedo helado por la pregunta del último CIS:
“¿Cree usted que en estos momentos habría que prohibir la difusión de bulos e informaciones engañosas y poco fundamentadas por las redes y los medios de comunicación social, remitiendo toda la información sobre la pandemia a fuentes oficiales, o cree que hay que mantener libertad total para la difusión de noticias e informaciones?”, preguntó el instituto demoscópico en una entrevista telefónica.
Es decir, que lo que se hace es oponer a "mantener libertad total para la difusión de noticias e informaciones" (algo que parece más que evidente para cualquier persona normal), nada más y nada menos que "remitiendo toda la información sobre la pandemia a fuentes oficiales" (lo que claramente es la imposición de la censura informativa).
Pero más helado me quede con la respuesta:
"La reacción del 66,7% de personas entrevistadas ante esa pregunta es que habría que restringir y controlar las informaciones, estableciendo sólo una fuente oficial de información. Otro 30,8% cree que no debe restringirse ni prohibirse ningún tipo de información."
O sea, que una mayoría aplastante de los encuestados, dos de cada tres, están a favor de esa censura informativa.
La pregunta que me hago es la del título de este texto. La respuesta es que, aunque creo que existe esa posibilidad (por ello están sondeando con la pregunta) y que es lo que querría el Gobierno, no creo que al final se atrevan. La rebelión de una parte de la prensa sería absoluta, así como de una parte del Poder Judicial, donde en un plazo muy breve estaría ya el tema.
Pero lo que altamente preocupante es el aborregamiento de una parte muy importante de la sociedad española, que está dispuesta a aceptar una barbaridad liberticida así como si tal cosa.
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