Hace diez días
consideré una burla y una derrota la salida de la cárcel en libertad casi total de los líderes secesionistas catalanes. Hoy, tras
leer que
la juez suspende el tercer grado para cinco presos del 'procés', tengo que congratularme y decir que tal vez aquella burla y aquella derrota puedan ser enmendadas.
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