Por estos lares houstoneros, ante la bajada de casos de coronavirus, ya la peña se empieza a cansar de llevar mascarilla y por los mercados se empiezan a ver algunos insumisos sin el tapabocas.
Y mientras tanto los terribles policías texanos, que algunos al otro lado del mar piensan que son una especie de francotiradores sueltos con uniforme, siguen persiguiendo en sus automóviles a los malos por la calle y dejan que los pacíficos ciudadanos desmascarillados compren tranquilamente el pan.
Qué cosas, oye.
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