Me parecen completamente estúpidos determinados buenos deseos hacia personas recientemente fallecidas. El último ha sigo el siguiente: que allá donde vayas haya armas de fuego y rascacielos de cristal. Y lo mismo es aplicable, por ejemplo, a la muerte de algún futbolista al que se le desea que juegue al fútbol en la otra vida, y así sucesivamente.
Vamos, como si la vida después de la muerte fuera una especie de buffet libre en el que cada cual se sirve lo que más le gusta. Y todo ello sin haber hecho nunca el más mínimo esfuerzo por saber en realidad que es lo que hay al otro lado de esa puerta que es la muerte. Bueno, pues vale. Cada cual es cada cual. Lo triste es que llegado el momento no habrá forma de volver atrás. Y con toda seguridad se han dado millones y millones de sorpresas. Y se seguirán dando. Y es lamentable que para evitar esas sorpresas muchas de esas personas nunca se han molestado en echarle ni un vistazo al libro que tiene las respuestas. La Biblia en general, el Nuevo Testamento en particular, los Evangelios en especial y el Evangelio de Juan principalmente.
Buenas.
ResponderEliminarDesde el respeto, pero lo que comentas es consecuencia lógica y directa del protestantismo y del liberalismo. Si yo puedo hacer libre examen de todo y no acepto autoridad moral ni religiosa, y el mundo está a mis pies para satisfacer mis deseos sin frenos ni cortapisas, es coherente deducir que pueda creerme con derecho a elegir lo que hay más allá de la muerte.
Esa egolatría mundana llevada a lo sobrenatural. Ese individuo elevado a los altares que ha convertido su voluntad en ídolo. Sin acritud, repito.
Un saludo.
Te agradezco tu aporte. Pero no lo comparto. Sobre los errores (muchos) del protestantismo habría mucho de hablar. Como sobre los del catolicismo.
EliminarYo, personalmente, como evangélico (alejado de los dos cuerpos religiosos mencionados) creo solamente en la autoridad de Dios revelada a traves de Su Palabra, la Biblia.
Y el liberalismo es consecuencia de ello. Dios creó al ser humano libre para decidir y obligado a aceptar las consecuencias de sus decisiones.
Y estoy completamente de acuerdo con lo que dices de:
"Esa egolatría mundana llevada a lo sobrenatural. Ese individuo elevado a los altares que ha convertido su voluntad en ídolo."
Pero eso no es liberalismo. Menos aún liberalismo cristiano. Eso es ateísmo (o agnosticismo, que viene a ser prácticamente lo mismo).
No te niego que dentro del liberalismo habrá personas así. Como las hay de las que defendemos un liberalismo cristiano. Y que son millones en, por ejemplo, Estados Unidos.
No hay sustituto a la libertad individual. Y a la obligatoried de apechugar con las consecuencuias, sean buenas o malas.
Otro saludo para ti. Y gracias de nuevo por tu aporte.