Evidentemente hay muchas escuelas de pensamiento liberal. Pero el eje central es el mismo: ¿quién tiene el derecho a decirle a otra persona como tiene que vivir su vida? Se pueden, evidentemente, hacer valoraciones morales sobre muhas conductas. Yo las hago constantemente. Pero me cuido muy mucho de imponer esas valoraciones a nadie.
El límite de la libertad es la libertad del otro. Por supuesto de pueden (y deben en mi opinión, aunque muchos liberales estarían en contra) imponer algunos límites, que no irán más allá de las decisiones tomadas cuerdamente (si alguien está loco no dejaremos que tome decisiones que le dañen), de impedir decisiones irreversibles (venta de órganos, por ejemplo) o que impliquen la venta de la propia libertad (exclavitud por deudas, por ejemplo).
Fuera de unas cuantas excepciones (sé que cuestionables si son más o son menos) repito que el único límite a la libertad debe ser la libertad del semejante. Eso es para mí el liberalismo, que es lo mismo que la libertad individual.
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