Una frase que hizo fortuna en la época de la Transición, allá por finales de los 70 y principios de los 80, fue la de si es que no se os puede dejar solos, que la pronunciaría Franco desde el más allá viendo lo que estaba sucediendo en España.
Franco evidentemente no la pronunció, pero los que sí la deben estar pronunciando, porque desde luego la están llevando a la práctica, son los gobernantes españoles con todas las restricciones (a la libertad de circulación, a la libertad para dejar entrar a quien se quiera en el propio domicilio, a la libertad económica, a la misma libertad individual) que les están aplicando a los españoles. Que si cierran la comunidad y luego la abren y luego la vuelven a cerrar, que en unas comunidades el cierre es de la comunidad y en otras es provincial, que se puede viajar de Salamanca a Burgos pero no de Illescas a Parla, que se puede ir desde Madrid a Houston pero no a Toledo, y un largo etcétera de despropósitos.
Y lo peor es que la gente está de acuerdo y acepta que el Gobierno les diga a dónde puede ir y no ir, cuándo y cómo. Vamos, que la gente esta diciendo, en la práctica, si es que no se nos puede dejar solos.
Pues nada, chicos y chicas, seguid obedeciendo al Gobierno. Ya sabéis que todo lo que os obligan a hacer lo hacen por vuestro bien.
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