domingo, 20 de junio de 2021

Ay, Susana, ese carguito

La elogié. Dije que ha demostrado además tener agallas de verdad. Y lo creo. Pero parece que hay que usar el verbo en pretérito. Susana Díaz tenía agallas de verdad. Ahora me entero que anda intentando asegurarse los garbanzos en el Senado.

En el pasado una de ellas [de las ofertas] fue la presidencia del Senado, que la secretaria general del PSOE andaluz declinó aceptar. Nada más y nada menos que Presidencia del Senado, la cuarta institución nacional, solo por detrás de Jefatura del Estado, Presidencia del Gobierno y Presidencia del Congreso, lo que le garantizaba a Susana Díaz seguir activa en la política hasta que se jubilara. Como dije, muchas agallas fueron necesarias para rechazar esa oferta y jugársela por el liderazgo socialista andaluz, para poder llegar de nuevo a la Presidencia de la Junta de Andalucía, puede que con la esperanza de que también hubiera una segunda oportunidad de llegar al liderazgo socialista nacional y, tal vez, de ganar unas elecciones generales y conseguir la Presidencia del Gobierno de España.

Pero el cuento de la lechera salió mal. Y ahora la sevillana queda retratada en estas palabras del mismo artículo de referencia:

“Debería ser consecuente y no aferrarse ahora al ‘carguito’”, dicen estas fuentes. “Ella se ha pasado toda la campaña atacando a Ferraz, diciendo que ella no quería cargo... Pues resulta que sí lo quiere”.

Y es que parece que la calle está mu dura y fuera hace mucho frío. Aparenteme Susana Díaz lo único que ha hecho en la empresa privada ha sido clases particulares y venta de productos de cosmética a domicilio cuando realizaba sus estudios universitarios, ya que tras 10 años logró licenciarse en Derecho, algo en lo que aparentemente nunca ejerció. Y ahora, en vez de ser abogada y ganarse la vida con su trabajo, prefiere ser senadora y seguir viviendo de los contribuyentes. Algo que personalmente no creo que consiga, porque Pedro Sánchez sin duda tiene muchos conocimientos, pero pienso que desconoce lo que es la misericordia con aquellos que osan retarle. Así son las cosas.

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