Me quejaba yo en este rincón del silencio gubernamental sobre el tema de los abusos sexuales infantiles ocultados por la Iglesia Católica. Y tuvo que ser la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, de la parte de Podemos, la que acusó desde la tribuna del Congreso de los Diputados a la Iglesia Católica de ser cómplice de los abusos sexuales a niños por el hecho de haberlos encubierto, algo que molestó mucho a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.
El asunto es, por supuesto, de dominio público, pero en sede parlamentaria mejor no meneallo, algo que se puede comprender por parte de los catolicones partidos PP y Vox, pero que, en principio, es incompresible en partidos laicos como PSOE y Podemos. Y luego nos vienen con que la Iglesia Católica no tiene poder. Tal vez no es que lo tenga (que también lo tiene, y mucho, evidentemente), sino que es un poder fáctico. A los hechos me remito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.