El artículo en sí no me aportó nada nuevo sobre la nadería del personaje (Iván Redondo). Pero casi al final leí esto:
Desde este punto de vista, ¿qué diferencia a los Redondo y Errejón de un comercial sin alma de concesionario de coches, que prioriza la venta sobre lo que necesita el cliente? Conviene referirse a cada cual como lo que en realidad es. Y la política se ha convertido en esto.
He tenido la experiencia de estar dos veces en lo que en Estados Unidos se llama un dealer, un negocio de venta de coches usados, que están por todas partes.
La segunda vez fue llevando al que era mi suegro a recoger su coche (siempre iba al mismo dealer, cuando se cansaba de su coche a cambiarlo por otro completamente nuevo), que se lo estaban arreglando gratis (es un decir) de no recuerdo qué problema. El vendedor vio mi coche usado e insistentemente, de forma cercana al acoso, pretendió venderme uno nuevo o, al menos, de un año más cercano. Al final le tuve que decir que no quería ser grosero, pero que mi intención no era comprar un coche, porque estaba contento con el mío.
La primera fue aún peor. Recién llegados a Estados Unidos la que era mi esposa y yo estabamos en casa de un matrimonio amigo de ella. No teníamos coche, y el hombre de la casa amablemente se ofreció a llevarnos al dealer donde su familia compraba todos los autos (eran cinco, cuatro con coche). Dijo que el dueño le conocía y nos haría un precio especial. Cuando llegamos comprobamos que el sujeto, por su forma de hablar, no era más que un charlatán de feria que había engatusado a nuestro amigo. Por supuesto no compramos nada. Y mi amigo cometió el error de quedarse mirando fíjamente un deportivo. Al final dejó allí su coche (que probablemente ya estaba pagado o casi) y salimos en un deportivo que este hombre no necesitaba y con una deuda que tampoco necesitaba.
Cuento esto por la frase de Arranz. En eso se ha convertido la política española. En vendedores de coches, normalmente en mal estado, a los que no les interesa lo más mínimo el bienestar del comprador, sino solamente sacarle su dinero. Y eso son los políticos españoles, todos en general y los que gobiernan ahora muy en particular.
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