Ya he mencionado los errores que el PP cometió al demonizar a Vox, al balbucear Feijóo sobre las pensiones y al confiarse sus líderes en exceso al dar por segura la victoria. Hoy toca una equivocación más.
Los militantes del Partido Popular en general son personas conservadoras, con principios y valores, que buscan un cierto centralismo nacional. Definí una vez a Feijóo en Twitter como un nacionalista gallego, socialdemócrata de manual, relativista en casi todo y a la izquierda del PSOE de Felipe González. No parece que cuadre con el militante medio del PP. Tampoco con muchos de sus votantes.
Colocar como líder de un partido a alguien que está en general en abierta contradicción con las ideas de ese partido no puede llevar a nada bueno, porque producirá que muchos de los votantes de ese partido al final se queden en casa. Parece que fue lo que pasó en las últimas elecciones generales.
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