Leo siempre que encuentro algo de ella a Najat El Hachmi (feminista, exmusulmana, de origen marroquí, afincada en Cataluña). Leí con auténtico interés su minilibro "Siempre han hablado por nosotras", del cual destaqué once afirmaciones.
Najat El Hachmi defiende un feminismo real, objetivo, en el que la mujer (las mujeres, todas las mujeres) es puesta en el centro de la defensa para que tenga los mismos derechos que el hombre y para que también tenga una auténtica libertad individual, para que pueda decidir lo que quiera para su vida.
Najat El Hachmi está a años luz de ese feminismo islámico (por llamarlo que alguna manera), defendido por muchas mujeres musulmanas europeas, que hablan de una libertad de la mujer... dentro del Islam. Como si eso fuera posible. Es el mismo feminismo islámico que defienden en Podemos (supongo que en Sumar también). Mientras defienden activamente (y justamente) a Jennifer Hermoso del ataque de Rubiales, callan sobre las brutalidades que sufren las mujeres todos los días en los países musulmanes. Callan también sobre los ataques a la libertad individual que sufren las mujeres musulmanas en los barrios musulmanes de, sin ir más lejos, España, donde se les presiona por familiares y vecinos a comportarse y vestir de una determinada manera.
Se nos pretende convencer de que hay dos feminismos, un feminismo general y un feminismo islámico, este último que empodera (les encanta ese verbo) a las mujeres cuando, por ejemplo, se ponen el velo, visten ropas holgadas o usan el burkini. Y, llamémoslo por su nombre, eso es falso. Totalmente falso. Ese velo, esas ropas holgadas y ese burkini no son una libre decisión de las mujeres musulmanas, sino una imposición de los hombres musulmanes sobre ellas. Una imposición del heteropatriarcado musulmán. Heteropatriarcado musulmán. ¿Han escuchado alguna vez la expresión en boca de alguna mujer de izquierdas (no digamos ya de extrema izquierda)? Por supuesto que no. Porque circunscriben ese heteropatriarcado a la cultura occidental (que detestan), cuando es en esa cultura occidental, con sus muchos defectos, donde las mujeres tienen el mayor nivel de libertad individual de todo el planeta. Mientras que es en los países musulmanes, en los cuales impera ese, repito, heteropatriarcado musulmán, donde las mujeres tienen el menor indice de todo el planeta de esa misma libertad individual (en algunos tienen poca, en otros menos y en muchos ninguna).
Que no nos vengan con milongas las izquierdistas y ultraizquierdistas de turno. El feminismo islámico no existe. En el Islam solo existe su animadversión por las mujeres, su misoginia estructural, porque que el islam sea feminista es una mentira como una catedral, ya que esa religión es un manual de sumisión de la mujer al poder masculino, aún más, el islam es, en su conjunto, un sistema de dominación machista, y por eso y por mucho más el feminismo islámico no es feminismo, es islamismo blanqueado con una capa seductora de feminismo. Por cierto, frases en negrita que no son mías, sino de Najat El Hachmi, que sabe de lo que habla.
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