Váyase a Haití a ver si no se conforman con la distribución de productos de la imagen; o pregunte a los cientos de personas sin hogar que duermen en su ciudad, a los miles de españoles bajo el umbral de la pobreza (y sin estar en el Tercer Mundo). Eso sí, tienen sanidad y educación gratuita, no como los norteamericanos. Si quiere encontrar represión policial, creo que en España vamos sobrados, y bastante más violenta que la que aparece ahí. La demagogia de siempre.
Ya empiezan a relativizar todo. Que si en haití se esta peor (y por supuesto, culpa del neoliberalismo haitiano!), que si los norteamericanos no tienen salud de arriba, etc.
En fin, los ignorantes dogmáticos que se autoprocolaman superiores moral e intelectualmente, como siempre dando cátedra.
Ya tenía que salir un pro-castrista en el primer comentario, a exhibir impúdicamente su incapacidad intelectual y las inmundicias ideológicas de las que se nutre ese género de aberrantes especímenes totalitarios.
Pero como no hay mal que por bien no venga, sus rebuznos dejarán patente, a ojos de los lectores, su abyecta mediocridad, y por ende la de sus indeseables compinches.
Váyase a Haití a ver si no se conforman con la distribución de productos de la imagen; o pregunte a los cientos de personas sin hogar que duermen en su ciudad, a los miles de españoles bajo el umbral de la pobreza (y sin estar en el Tercer Mundo). Eso sí, tienen sanidad y educación gratuita, no como los norteamericanos. Si quiere encontrar represión policial, creo que en España vamos sobrados, y bastante más violenta que la que aparece ahí. La demagogia de siempre.
ResponderEliminarYa empiezan a relativizar todo. Que si en haití se esta peor (y por supuesto, culpa del neoliberalismo haitiano!), que si los norteamericanos no tienen salud de arriba, etc.
ResponderEliminarEn fin, los ignorantes dogmáticos que se autoprocolaman superiores moral e intelectualmente, como siempre dando cátedra.
Ya tenía que salir un pro-castrista en el primer comentario, a exhibir impúdicamente su incapacidad intelectual y las inmundicias ideológicas de las que se nutre ese género de aberrantes especímenes totalitarios.
ResponderEliminarPero como no hay mal que por bien no venga, sus rebuznos dejarán patente, a ojos de los lectores, su abyecta mediocridad, y por ende la de sus indeseables compinches.